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Sinopsis

Antton Baltimore,logra intimidarte con solo verte a los ojos, con solo susurrarte puede provocar que tu cuerpo cobre vida propia, eso es lo que sentía Serena Hernández cada vez que veía a su nuevo vecino, desde su balcón, lo vigila todas las tardes y como si el quisiera provacarla, se desnuda frente a la ventana dejandola en el mejor momento de su vista, pero Dalton es un chico extraño que ni siquiera tenia redes sociales y Serena siendo demasiado curiosa una tarde lo siguió cuando iba hacia el bosque junto a un chico de su clase al anochecer, a ella le pareció extraño y mientras lo seguia se daba cuenta que habia algo extraño ya que el miedo que sentía en su cuerpo le gritaba que huyera y que debía volver a casa pero continuó siguiéndolo sin imaginar que seria un error porque descubriría que su vecino no es quien aparenta ser y que es un ser que creía que era fantasía, un vampiro, uno que la llevara a conocer sus deseos más oscuros, ¿Podrá acaso Serena  alejarse de la adicción que le provoca Antton en su cuerpo con solo tocarla?

                                                              CAPÍTULO 1

Los cambios en la vida pueden ser para bien o para mal, a veces las decisiones de un padre pueden llegar a cambiar el destino de su hija, eso es lo que trataba de hacer el padre de Serena, quería lo mejor para su hija, aunque eso signifique que su hija lo odie por ello.

—Porque tengo cambiar todo solo porque a tus jefes se les da la gana de enviarte a un pueblo de mala muerte.

—Hija, es una gran oportunidad para nosotros, —dijo su padre emocionado porque lo habían ascendido en cambio Serena maldecía a sus superiores porque le arruinaron la vida—Pasaré menos tiempo en casa, pero el pago será bueno como sheriff del Burkecsville, ya verás que amaras este pueblo.

Serena no pensaba lo mismo, sus amigos, todo lo que conocía lo dejó en San Francisco para mudarse a un pueblito que poco a poco es consumido por la naturaleza, cree que es estúpido pensar que hay futuro para alguien como ella en un lugar como ese «Seguramente su jefe le lavó el cerebro a papá»

Cambiar de escuela es algo que no le agrada ni un poco a Serena ya que la pone más nerviosa, no quiere ser la típica chica de la que todos se burlan por ser la nueva, para ella seria genial que fuera como en las películas o series que ha visto donde la nueva es segura de sí misma y que no les teme a los problemas, pero ella no es así

Suelta un suspiro decepcionante porque esta es su triste realidad. Si hay un problema, Serena sale corriendo más rápido que “flash” porque incluso sus amigos sabían que es la primera en salir huyendo de cualquier conflicto, es extrovertida pero cuando siente la confianza en sí misma, pero con los extraños se siente intimidada, es de esas que son inexistentes para todos y que solo tiene una o dos amigos nerd

Al ver el rótulo “Bienvenidos a Burkecsville” sus manos se aferran al cinturón de seguridad porque después de horas de viaje en auto habían llegado a lo que ella llama su “maldición”.

—Y he ahí nuestra casa —el señor Hernández veía con tanta felicidad la casa que estaba frente a ellos a un costado izquierdo—Vamos Serena.

El entusiasmo en su voz era notorio, pero Serena solo quería que fuera una horrible pesadilla, sus ojos observan los alrededores, solo había un vecino al otro lado de la calle, pero la casa estaba frente de la suya, pero al parecer, estaba deshabitada.

«¿Qué fue eso?»

Los ojos de Serena se quedan fijos en una de las ventanas de la casa, juraba haber visto algo moverse dentro de la casa abandonada.

—Genial —masculla Serena con molestia la emoción de mis palabras —Solo llevo unos minutos aquí y ya me estoy volviendo loca

—Serena—el señor Hernández la abraza y besa su frente —Se que no es lo que esperabas, pero ya verás que te gustará las libertades de vivir aquí.

—¿Que? ¿Me dejaras salir sola?

—Puede que sí, de todos modos es menos peligroso que en la ciudad —«eso es lo único bueno que tendré de aquí porque en la ciudad papá era el que iba por mí después de salir de clases» —Después de todo, ¿que podría pasar en un lugar como éste?

En la ciudad, Serena siempre le reprochaba a su padre el que sus amigos se fueran caminando a casa y ella no.

—Claro.

Serena estaba inquieta, ya que es su primer día de clases, caminar por los pasillos mientras todas las miradas caían sobre ella, la tenía con los nervios de punta.

«¡Quiero salir de aquí!»

Todos la miraban de diferentes formas, como si fuera una criatura que salió del mar o como si tuviera algo extraño como una enfermedad contagiosa

«Ignóralos, Serena, ignóralos»

Mientras estaba en clase, Serena escucho leves risas de parte de sus compañeros y cuando volteaba a ver a su alrededor, ellos fingían que escuchaban al profesor.

«Como odio este lugar»

Saliendo de clases, caminó tranquilamente por unos minutos hasta que sintió que alguien la empujó intencionalmente por suerte sus reflejos fueron rápidos y pudo sostenerse del marcó de puerta antes de caer. Al ver a los que intentaron humillarla, vio a un grupo de chicas.

—Ups, no te vi.

Ellas se fueron riéndose, conoce muy bien lo que estaba pasando, lo vio en su anterior secundaria porque hacían lo mismo con los nuevos, la han elegido como su entretenimiento.

—No les prestes atención —él cuerpo de Serenase paraliza cuando observa al chico que le ofrece su mano «Es lindo» —Solo son unos tontos que no saben cómo comportarse.

—Si lo sé, solo porque soy la nueva.

«¡No puede ser, es tan hermoso que no me la creo»

—Soy Oliver —Serena se encuentra inmóvil observándolo fijamente —¿Segura que estas bien?

—Perdón, —estaba incrédula de que estuviera hablando con un chico lindo como él —Soy Serena.

«¡no puede ser hice un amigo y es el más guapo que he visto!»

—Habrá una fiesta en los cultivos de los Wenssel, ¿te animas a ir?

«¿Qué?,¿Acaso me está invitando como a una cita?»

Le pareció extraño que la invitara de forma repentina.

—No lo sé…

—Si somos amigos, no deberías rechazar mi invitación.

«Ya decía que era muy bueno para ser cierto»

—OK, —fue decepcionante para Serena ya que era una salida de amigos.

—Paso por ti a las siete.

Se marcha dejando su corazón ilusionado y con una decepción en ella porque creía que solo su mente, en su imaginación alguien como él la invitaría a una cita

Cuando llegó a casa, su papá no estaba, dejó una nota que llegaría tarde porque tenía doble turno «¡Genial!» consideraba que era una suerte para ella ya que podría volver a casa sin que sepa que salí.

Podrían imaginar lo nerviosa que estaba, se encontraba a solas con un chico lindo dentro de su auto, «dios ayúdame con estos nervios» «porque se ve tan bien, acaso no estaré siendo ingenua» mueve su cabeza en negativa para quitar esas tontas ideas de su cabeza

—Llegamos. —su sonrisa era deslumbrante la contagia de inmediato, su corazón da un vuelco de ansiedad cuando lo ve aproximarse a ella de forma tan amenazante como si fuera a besarla, las mejillas de Serena de enrojecen y espera que haga su movimiento. —Tenías una basura en el cuello

Serena palidece aún más de la vergüenza y estaba segura que su cara tomó otro color porque estaba imaginando cosas que no pasarían jamás.

Lo siguió detrás y al solo llegar se percata de que es popular, tan popular que todos sabían quién era y cuando me veían a ella se preguntó a si misma «¿Qué demonios hago aquí?, había algo extraño, todos traían guantes de látex»

—¡¡Es hora de comenzar la iniciación!!

Todos gritan emocionados poniendo más nerviosa a Serena. Al darse cuenta de lo que estaban por hacer sin pensarlo se dio la vuelta para salir corriendo, pero Oliver la detuvo

—¿A dónde vas Serena? La fiesta recién comienza y tú eres la invitada especial que todos esperábamos, ¡¿No es así chicos?!

Cuando dijo eso el corazón de Serena latía desenfrenadamente, gritaba aterrado porque planeaban algo con ella y no sería nada bueno.

—¡Muchachos traigan la caja!

—¡No, no, espera…!

—Bienvenida Burkecsville Serena. —susurró con burla. —¡Háganlo ya!.

—¡Noo!…

Todos comenzaron a arrojarle basura que olía a muerto mientras llorando se agacha para cubrirse de ella, sintiendo tanta repulsión por lo asquerosa que es, se odiaba así misma por haber confiado en una cara bonita. Llena de rabia, cuando vio su oportunidad salió corriendo, cuando se vio en medio del bosque, se detuvo, se encondió detrás de un árbol, sintió el hedor que se desprendía de ella por la basura que le arrojaron. Rechinando sus dientes comenzó a llorar colérica. Después de llorar comenzó a caminar buscando la carretera pero estaba perdida, no podía salir del bosque.

El crujir de unas ramas al ser pisadas por alguien llama la atención de Serena, el miedo la invade ya que el bosque es mas tenebroso y sombrío por la noche. Sintió que algo la estaba acechando desde la oscuridad.

—¿Hol…

«Mierda, no. Como demonios se me ocurre hablar»

A lo lejos pudo ver que algo se movió entre las sombras, las ramas en el suelo crujen con mas frecuencia, Serena entrecierra sus ojos mientras observa un punto fijo, totalmente paralizada observa un par de ojos rojos

                                                               CAPÍTULO 2

—Serena…

Al escuchar la voz de su padre, serena se levanta de su cama abruptamente. Observa a su alrededor y se da cuenta que estaba en su nueva habitación.

—¿Cómo llegué aquí?

—Uno de los vecinos me dijo que te vio saliendo de la casa. —el padre de Serena suspira inquieto —Hija, se que sientes que te ahogas en esta casa, pero no salgas de noche y mucho menos en el bosque, es peligroso. Fue una suerte que el vecino te encontrara.

—¿Vecino?

Aun confundida se sienta sobre su lugar mientras intenta recordar lo que pasó, pero solo recuerda un par de ojos rojos que la veían como si ella fuera la presa, después de eso, no recuerda nada, por mas que lo intenta no recuerda nada.

El padre de Serena observa la hora, mira a su hija y le dice que debe regresar para terminar un trabajo pendiente, angustiada ella intenta decirle que no la deje sola, pero se retracta al darse cuenta que su padre se ve estresado

Al marcharse su padre, comienza a llorar nuevamente porque esta segura que se burlaran de ella en la secundaria, «odio este maldito lugar» sus lágrimas cesaron cuando escucha que alguien tocaba el timbre sin cesar, sale de la ducha y se asegura antes de bajar que el hedor a putrefacción ya no siga impregnando su piel, «mi dignidad por los suelos junto a la basura que me lanzaron»

No estaba de buen humor para atender a nadie pero al escuchar la insistencia del timbre la desespera al punto de cabrearla aún más

—¡Ya voy!

Abriendo de golpe la puerta abre su boca para correr al que estuviera fastidiando, pero se queda paralizada sintiendo como todo su cuerpo se convirtió en un témpano de hielo cuando observa a un pálido chico de pie frente a ella, tan atractivo que parecía un modelo de revista, «Es un dios griego»

—Hola. —una mujer llama su atención una mujer tan sensual que se sentía tan diminuta frente a tanta belleza —Somos sus vecinos.

«Ambos son hermosos»

—Oh, lo siento, pensé que había alguien más …

Serena intenta articular unas palabras, pero su voz, no fluye al intentar hablar, sus ojos se quedan fijos en el chico que parece ser perfecto, «Es un bombón»

—No vayas a babear el suelo. —«¿Qué acaba de decir? Es enserió que dijo eso»

—¡Dalton! —dijo su madre molesta.

Sus palabras la avergonzaron demasiado, fue un golpe tan duro para ella que encendió mi cólera de golpe y explotó «¿porque tenía que ser tan estúpido como Oliver?, claro, es igual que él, que más podía esperar de alguien que parece el sueño húmedo de cualquier chica tonta como yo».

«¡Pero aun así esta como quiere!»

—No se preocupe señora, no es su culpa que tenga un hijo idiota.

Su rostro se desencaja porque no esperaba esa respuesta de ella, no le agradó a Dalton la actitud de la chica.

—Ok!!.. —la señora se da cuenta de la tensión que hay entre su hijo y Serena —Bueno… creo que esto es incómodo… solo quería presentarnos, somos la familia Baltimore, soy Isabel y él es mi hijo Dalton

—Un placer señora, —Serena se da cuenta que Dalton la observa fijamente, pero le inquieta porque era extraño para ella que la viera como si fuera comida —Nosotros también nos mudamos ayer por cierto, me llamo Serena

—¡Ah, que bien, significa que no somos los únicos nuevos en el lugar.

—Escuche, perdón no quiero ser descortés pero.. estaba por hacer mi tarea y..

—Ah, claro —sonríe —Te veré después. Si quieres, puedes venir cuando quieras a nuestro hogar.

—Lo tendré en cuenta —sonríe forzosamente. —¿Te pasa algo? —dijo indiferente por la mirada fría de Dalton

—Qué tengas una linda noche.

De pronto su expresión cambió drásticamente descolocando por completo a Serena, observa la hora y se da cuenta que son apenas las 9 pm.

Los sigue con los ojos, es el último en entrar, pero antes de cerrar la puerta, lo vio darse la vuelta, verla a los ojos mientras ve como alguien más toma su lugar, sus ojos se tiñeron del color de la sangre, un escalofrío recorrió su cuerpo ante lo que sea que haya visto, es como si hubiese sido una especie de advertencia que le hizo cerrar la puerta de golpe

El ritmo de su corazón es demasiado rápido, lo podía sentir tanto, que parecía que se le subía por la garganta intentando salir de su cuerpo para ocultarse de ese par de ojos rojos.

—¿Qué demonios?…

Entrando en pánico, Serena observa como la manija de la puerta se mueve asustada pensando que era el dueño de esos ojos rojos brillantes, pero cuando ve a su padre entrar sintió un gran alivio.

—¿Qué haces con esa escoba Mónica? —Serena se da cuenta que tenía en sus manos una escoba, ni siquiera recuerda en qué momento la había tomado.

—Yo… iba a limpiar.

—Cielo, —se ríe su padre —¿ibas a usarla a estas horas de la noche? El patio está limpio hija.

«Mierda, porque siempre meto la pata y más cuando le miento a papa»

—Tenía miedo, ok. —dijo frustrada. —Este lugar… es realmente extraño y da miedo.

El padre de Serena la da una mirada de ternura y la abraza efusivamente ahogándola

—Ya puedes estar tranquila, papá está aquí y siempre va protegerte. —le quita la escoba de las manos —Ve a dormir.

—No puedo. —sostiene

—Serena, ya te dije que..

—Tengo que hacer tareas.

—Ah, entonces sube y termina para que termines temprano, no me gusta que te desveles.

—Ya lo sé.

Solo era Serena y su padre, pues, su madre se casó y ahora vive en el extranjero con su nueva familia, en resumen, los abandonó por otro hombre.

La habitación de serena tenía vista a la calle, significa frente de la casa de los Baltimore y la de su padre estaba frente a la suya con vista al bosque donde estaba el jardín trasero, «Que bueno que no tengo esa habitación, si no, no dormiría tranquila»

Le daba terror el bosque desde que recuerda lo que vio cuando se dirigía hacia su casa, además habia visto demasiadas películas de terror y todas las cosas terroríficas ocurren en el bosque. «no es como crepúsculo que Edwar Cullen se lleva a Bella al bosque o como Teen Wolf que El protagonista es mordido por un hombre lobo» La imagen del bosque en las noches le da terror

—Qué pereza hacer la tarea…

Se hace bolita sobre su cama mientras observa la calle desde su ventana, no quería hacer la tarea, pero ¿tenía más opción? Claro que no. Entrecierra sus ojos y al hacerlo puede ver la silueta de alguien en una de las ventanas de la casa de los Baltimore.

—Madre mía…

La sangre se le subió a la cara cuando sus ojos ven la figura desnuda de un hombre, solo traía puesto un bóxer «Deja de verlo, deja de verlo» «¡no puedo quitarle los ojos de encima mierda!» «Esta buenísimo, mucho más que el tonto de Oliver que solo se acercó a mi para su estúpida iniciación o que Dalton»

“¿Quién será?” Serena observa si fura, su rostro, era tan hipnotizante para ella que no podía quitarle los ojos de encima.

—¡Oh mierda!

se queda inmóvil mientras los ojos de aquel hombre la ven fijamente a ella, su cara ardia tanto que al reaccionar se tumba sobre su cama al darse cuenta que había descubierto, pero, pudo ver como movia sus labios y es como si ella lo hubiera entendido porque su corazón estaba demasiado alterado.

—Me vio —susurra al sentir de nuevo su corazón en la garganta latiendo locamente. —¿Pero que dijo? ¿Porque me sofoca al recordar el movimiento de sus labios?

                                                                  CAPÍTULO 3

Serena no podía sacar de su mente la extraña sensación que su cuerpo sentía al recordar la magnífica imagen que tuvo de su nuevo vecino, su cuerpo,… fue tanto para ella que al pensar en esa imagen pegada en su mente la hacía imaginarse así misma con él tocando y disfrutando de sus caricias.

—¡Señorita Hernández!

—¡Si… claro que quiero…

—¿Ahh, así que quiere el castigo entonces?.

Serena reacciona asustada cuando ve la cara de su profesor de biología frente a ella, el profesor mota las mejillas sonrojadas de su alumna y se da cuenta de lo que estaba soñando despierta.

—Deje sus fantasías para cuando esté en casa señorita Hernández, si se repite aunque sea nueva, la enviaré a dos horas de castigo escribiendo que “no debo soñar despierta en clases”

Todos comenzaron a reírse sutilmente haciendo que Serena se avergonzara por la advertencia de su profesor. Al salir de clases mientras caminaba por los pasillos pudo ver a Dalton a lo lejos, “parece que no es difícil para él hacer amigos y cambiar de preparatoria”

—Aquí estas. —dando un brinco de susto Serena observa a oliver. Frunce el ceño molesta —¿Porqué te fuiste anoche? Te perdiste de lo mejor de la fiesta.

—Pudrete. —escupió con rabia pero para oliver eso no fue de su agrado —¡Sueltame!…

—Pero mira que agresiva la zorrita, no puedo imaginarte así en la cama.

Sus palabras le causaron repulsión y Serena le dio una patada en sus partes y sin pensarlo dos veces salió despavorida hacia su última clase. “Por favor que no me encuentre con él” al salir de las instalaciones, Serena vió un auto clásico “Ford mostang” lo recordaba porque su bisabuelo tuvo uno igual, pero el auto que estaba observando se veía como nuevo, impecable

—Tú debes ser nuestra nueva vecina.

—¡Ahh! —Serena volteó tan rápido como pudo y se lleva su mano derecha hacia su pecho por el susto que se llevó. —¡Maldición!… ¿Y tú quien… eres?

Serena se veía atraída por el extraño que tenía frente a ella, su palidez era la misma que la de Dalton y su madre, pero se veía hipnotizada por sus ojos marrones sin olvidar su seductora sonrisa ladeada “Pero que Dios griego es este”.

—¿Qué haces aquí Antton?.

La voz de Dalton hace que Serena salga de su trance. Observa al chico malhumorado que espera una respuesta del que acaba de llamas Antton.

—¿Acaso debo rendirte explicaciones de lo que hago,.. hermanito?.

—No me llames como si fuera un niño. —refuta molesto —Vamos que muero de hambre.

Serena se encontraba observando al hermano mayor de Dalton, su cuerpo tiembla al verlo fijamente, tenía miedo de que sus piernas le fallaran cuando lo vio acercarse a ella, siente que hay algo de él que la inquieta demasiado

—¿Quieres que te lleve?. Despues de todo, vivimos… cerca.

Su inquietud creció al ver que no podía moverse, aprieta sus labios cuando sus ojos se posan sobre lo suyos, “¿Qué me esta pasando?” deseos,… un fuerte impulso que la hace imaginar cosas que nunca antes ha experimentado, sexo.

—¡Serena!….

Al sentir la mano de su padre sobre su hombre, volteó y se dio cuenta que no había sido su imaginación.

—Vamos. Hay que ir a casa —Serena se sorprendió al ver que Antton y su hermano ya no estaban. “¿Qué pasó?… —Hija, vamos que está oscureciendo.

Intentando descubrir lo que había pasado, lo joven adolescente no deja de observar la casa de los Baltimore, “Era el quién estaba en la ventana” el rostro de Serena se tiñe de rojo al recordar que la había visto anoche.

Su padre otra vez se encontraba de turno en la estación de policía así que Serena se asegura de que las puertas de su casa estuvieran cerradas, aún faltaba poco para el anochecer, tomó su laptop, su celular y se quedó encerrada en su habitación con palomitas mientras veía una película en su laptop “Cómo si fuera cierto”. 

Casi cerrando sus ojos Serena escucho voces desde su ventana que la hicieron despertar por completo, en especial porque una de ellas le fue familiar. Estaba con un chico y ambos se adentraron al bosque que rodea las pocas casas que habían. Quiso seguirlos con su vista pero desapareció curiosa de saber lo que planeaba con ese chico, tomó su celular y sus llaves para luego salir corriendo y seguirlo desde lejos pero fue difícil para ella conseguirlo ya que cada vez que lo escuchaba cerca e intentaba verlo, no podía verlo como.si estuviera huyendo de ella.

—¿Qué demonios hago aquí?.

El frío cala su cuerpo, el miedo comienza a invadirla al ver que se estaba adentrando demasiado al bosque. Al verse perdida y no encontrar rastros de nadie decidió regresar a casa pero un grito aterrador la hizo voltear rápidamente, tragando grueso Serena se queda inmóvil al no saber que hacer “¡Estúpida corre a casa!”

—Tonta, Tonta…

Comenzó a caminar hacia donde provenían los gritos, se detuvo al ver una casa de dos plantas muy vieja, al intentar acercarse detuvo sus pasos cuando vio al mismo chico que vio junto  Antton salir caminando hacia el bosque, su miedo crece al ver que tenía sangre sobre su camisa y su hombro derecho

—¡Oh por dios estas!…

Serena se oculta nuevamente al ver que Antton sale caminando, las ramas crucen en el suelo con cada paso que da, se da cuenta que camina de una forma diferente a la de un hombre de su edad, un porte elegante extraño, una sombría expresión como si estuviera cazando. “¿El le hizo eso, a ese chico?”

Serena lo reconoció como el chico que la molestaba, se sentaba detrás de ella en todas sus clases.

—Por favor… no me mate…

—Pequeña rata, ¿Crees que puedes robarle a un Baltimore?.

El rostro de la chica palideció totalmente como una hoja en blanco cuando vio los ojos rojos de su atacante, totalmente petrificada observa como Antton se alimenta del chico, “No,… Los vampiros no existen”

Horrorizda por lo que vio, se forzó a reaccionar para salir corriendo antes de que la viera, pero se tropieza al voltear.

—¡Mierda! —susurra. Voltea y se da cuenta que Antton ya no estaba. —¡Maldición!. —Querida vecina, —Serena se congela cuando ve a Antton a centímetros de su rostro —Sabes que hay un dicho que dice “la curiosidad mató al gato”.

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