Esta es la historia de Grace Henderson, una chica de 24 años que ha viajado hasta la ciudad de Paris para trabajar como la secretaria de uno de los más grandes vinicultores, el señor Nicholas Brown, quien es un hombre estricto, responsable y muy profesional, a quien la vida lo somete a pasar por una terrible enfermedad que lo obliga a dejar sus negocios en mano de su hijo Jackson Brown, este es un hombre de 32 años, el mayor de tres hermanos; es complicado, perfeccionista, arrogante y difícil de tratar, para él ser un líder no es un inconveniente, pero trabajar solo es su mejor opción, lo que hace difícil para Grace cumplir su trabajo como su secretaria, pero la vida les da un giro inesperado a los dos cuando Nicholas muere por lo avanzada que está su enfermedad y en medio del dolor, la pérdida de un ser querido y demás conmociones inesperadas, salen a flote verdades del negocio de su padre, pues lo que Jackson no sabía es que Nicholas tenía muchas deudas y estaba a punto de perder sus bienes a causa de malos negocios, por esta razón el hijo mayor de los Brown considera sacar de su manga la única opción que lo puede salvar, su abuelo paterno y aún más poderoso el señor Gregory Brown, quien se ofrece a darle a su nieto todo el dinero que necesita y mucho más, única y exclusivamente si este contrae matrimonio, pues para su abuelo la familia, los hijos y la estabilidad del hogar son más importantes que el dinero mismo, ahora Jackson empieza una nueva aventura en la que debe conseguir una esposa, entre las opciones que tiene ninguna cumple el mejor papel, así que Grace, su secretaria, termina como la única candidata; estas dos personas comiezan una nueva historia bajo muchas clausulas, empiezan una nueva historia de amor y un nuevo negocio en el que solo deben decir si, si acepto el contrato.
Capítulo 1
Narra Grace
– Hola, buen día, mi nombre es Grace Henderson, tengo veintidós años y soy de Los Ángeles California, he venido a Londres hace más de cuatro meses para cumplir muchos de mis sueños, vivo aquí sola y la verdad esta nueva ciudad ha sido un reto maravilloso para mí. – menciono controlando los nervios que me carcomen por dentro, este discurso improvisado no es nada de lo que tenía en mente para la entrevista que estoy haciendo, me he postulado para uno de los cargos que mejor me vendría, secretaria de Nicholas Brown.
– ¿Y tus padres? – pregunta el hombre más joven que está en la mesa de entrevistadores
– Mis padres están en los Ángeles, bueno, mis dos hermanas y mi madre – digo con una sonrisilla que he congelado en mi rostro
– ¿Por qué estás aquí sola? – se escucha decir de una bocina que me ha sorprendido un poco, miro a un extremo de la parte superior del techo y allí está el pequeño cajoncito parlanchín
– Oh, bueno, mi madre recientemente se ha recuperado de una Leucemia Mieloide Aguda, así que no puede exponerse mucho en estos momentos así que mis hermanas están en casa cuidando de ella.
– ¿Podrías entregarme tu currículo? – cuestiona una mujer sentada en la mesa de entrevistadores, en total son cuatro los que están evaluando.
Yo me acerco con pasos firmes y a la vez temblosos hasta la mesa y entrego la carpeta de papeles a la mujer, ella es la primera en revisar y luego les pasa la información a los demás.
– Sabes que hay casi cincuenta mujeres allá afuera esperando ocupar el mismo cargo que tú quieres, ¿verdad? – menciona la mujer reparando una de las hojas que estaba dentro de la carpeta
– Si, lo sé – respondo mirando lo que hace
– También debiste saber cuándo te postulaste que las posibilidades podrían ser mínimas, sin embargo estas aquí, es porque sientes que tienes algo diferente a todas las demás chicas que esperan allá afuera, cuéntame, ¿Qué es eso que te hace especial? ¿Qué es eso que quieres encontrar en Brown Wine? ¿Qué esperas aportar a Brown Wine? ¿Qué te hace diferente al resto de postuladas? – pregunta ella con tono serio y sin expresar ningún tipo de empatía, quizás quiera ponerme bajo presión con tantas preguntas al tiempo
– Pues, primero que todo si he decidido venir aquí, es porque estoy muy segura de mis capacidades, me considero una mujer inteligente, responsable, disciplinada y apasionada por lo que hago; pero ahora, si usted escucha mis palabras quizás sean las mismas que todas las chicas que esperan afuera digan cuando estén aquí paradas y es porque todas tenemos potencial, no sé cuánto llevan esas mujeres buscando un empleo como este, quizás mucho o poco tiempo, así que creo que no hay muchas cosas diferentes entre cada una de nosotras, la diferencia se marcaria es en lo que ustedes decidan, pues la vida de alguna de nosotras puede cambiar para bien solo si ustedes deciden darnos la oportunidad de entrar a su compañía, así que eso es lo que espero encontrar en Brown Wine es una oportunidad de poder demostrar con hechos las cualidades que antes les he mencionado.
– Me gusta la realidad con la que afirmas cada palabra, pero siento que tus razones para estar en Brown Wine son mucho más profundas – dice el hombre en la bocina
– Si, la verdad tengo más razones, razones por las cuales necesito este empleo, soy consciente que no tendré muchas oportunidades laborales como esta por lo que quiero aprovecharla al máximo, no para cambiar mi vida sino la de las personas más importantes para mí, he venido a Londres con los ahorros de mi madre, ella y mis hermanas confían en mi potencial y en que puedo salir adelante, si yo estoy bien, ellas también estarán bien; y esa es mi razón principal para estar aquí.
– Okey, gracias, nos quedaremos con tu currículo, escucharemos a las otras chicas y al final haremos la selección, muchas gracias Grace
Salgo del aula donde me hacen la entrevista y regreso con las demás que al igual que yo parecen ansiosas.
Unas horas más tarde la mujer que está en la mesa de entrevistadores sale, lleva en la mano los currículos y los devuelve a todas menos a mí.
– Bien señoritas, antes que nada queremos agradecerles en nombre de Brown Wine por su paciencia y por venir aquí, el señor Nicholas se siente complacido de poder verlas y escucharlas el día de hoy
Más de una frunce su ceño, yo también me bloqueo un poco por no comprender pero luego recuerdo al hombre de la bocina, sin duda era el señor Brown.
– Como saben, este es un filtro bastante exigente y que solo una de ustedes puede quedarse con el cargo; así que si no es más quiero darle la bienvenida a la compañía Brown Wine a la señorita Grace Henderson.
¡¿Qué?! ¿Grace? ¿Ha dicho mi nombre? ¡Sí, soy yo!
Me pongo de pie y algunas aplauden, otras hacen mala cara y se van del lugar.
– Bienvenida Grace, es para nosotros un gusto que hagas parte de nuestro equipo, el señor Nicholas vendrá en unos minutos, así que toma asiento y espera. Las demás muchas gracias por venir, feliz día.
Me quedo en una sala llena de muchas sillas en completa soledad, hasta que un joven aparece y me pide que lo siga, me guía hasta un ascensor, presiona el ultimo botón y este sube con rapidez, es lujoso todo, hasta los botones se ven de calidad.
– Venga señorita – me indica el hombre al abrirse las puertas de par en par, seguimos caminando y llegamos a una enorme puerta que parece la entrada a una suite, el chico toca un par de veces y alguien habla desde el interior
– Adelante – es la voz de la bocina
– Siga señorita, al salir puede regresar por el mismo lugar que le he mostrado – el joven siendo muy amable sonríe y se va dejándome para en el marco de la enorme puerta, empujo con cuidado para poder ver algo o alguien.
– Pasa – escucho desde el interior, así que abro la puerta por completo y veo al señor Gregory mirando la vista que tiene desde sus ventanales de cristal.
– Gracias por invitarme a pasar, que bonita vista tiene – digo tragando el seco toda la saliva acumulada en mi boca, estoy muriendo de los nervios en este preciso momento
– Acércate, desde donde yo estoy se aprecia mejor – menciona el hombre con sus brazos cruzados en su espalda y mirando hacia el cielo como si estuviera en una especie de viaje ancestral
Una leve desconfianza me inunda el pecho, ¿será que el hombre tiene malas mañas con las chicas que trabajan para él? Vamos, no lo conozco y hoy día se ven muchas cosas, ¿se intentará propasar? Doy varios pasos más y al pasar por su escritorio tomo un bolígrafo, solo lo tendré en mis manos por si acaso, lo que no fue necesario, porque es un hombre admirable; solo tuve una mala primera impresión.
Actualmente llevo dos años en este lugar, en este periodo me he superado como profesional, he llegado a desarrollar habilidades de todo tipo porque en mi función como secretaria de un hombre importante y dueño de unas de las industrias vinícolas más grandes de Londres te lleva a que aprendas de todo un poco, eso me propuse, quería ser buena en mi trabajo y demostrarles que no se equivocaron en seleccionarme para este cargo, he cumplido al máximo mi función que me he convertido en la mano derecha del señor Nicholas, llevo casi que su vida laboral organizada de la manera más estructurada posible, muchas veces me ha manifestado lo bien que le ha venido mi apoyo.
En cuanto a las cosas en mi casa, mi madre ya está mucho mejor, mis hermanas están por terminar la preparatoria y eso me hace feliz; mi madre como una forma de aliviar mis responsabilidades económicas ha abierto un vivero precioso en el jardín, las plantas son como sus amigas y a la vez son como su terapia, a las personas cercanas les gusta su manera de hacer las cosas y le llevan plantas para que las reviva casi que de la muerte misma y otras compran las que ya tiene. Cuando me refiero al hecho de ayudarme con las responsabilidades económicas, es por los préstamos que hicimos cuando ella enfermó, estuvo a punto de irse de nuestro lado y buscamos todas las alternativas posibles para que estuviera bien, fueron tiempos difíciles en los que no contábamos con nadie más, mis hermanas estaban pequeñas y no comprendían al cien por ciento lo que pasaba, a mi padre no lo conocí, así que no tuvimos nunca de su apoyo, nosotras no contábamos con fondos para asumir todos los gastos, mi madre fue despedida de su trabajo cuando los primeros síntomas aparecieron y no tuvimos otra opción que hipotecar nuestra casa.
– Señorita Henderson – dice el señor Brown desde su escritorio haciéndome volver a la realidad, tenía mi cabeza llena de pensamientos
– Si señor – respondo poniéndome de pie y llevando conmigo una agenda que nunca dejo, siempre tiene algo que decir y que yo debo recordar
– Por favor, pide que la reunión sea una hora antes de lo programada, dile a todo el equipo que es obligatoria y que no quiero peros – dice tocando su estómago y haciendo un gesto de dolor
– Claro, ya mismo le informo a todos – hago una pausa y dudo en si deba preguntar pero no se ve muy bien – Señor Nicholas, ¿Se encuentra bien? ¿Desea que le traiga un poco de agua o de te?
– No, debe ser porque no he desayunado, es que creo que me está fallando el apetito – menciona acomodándose en su silla de nuevo para seguir trabajando.
No sigo con mis intentos de ayuda pues si él dice que está bien, es porque lo está.
Salgo de la oficina hasta la sala de conferencias para organizar la parte de logística, hasta esto aprendí, a conectar todos los dispositivos que se necesitan para las presentaciones de diapositivas o reproducciones que se hacen en las reuniones, mi deber es que todo siempre esté organizado y en perfectas condiciones para el señor Nicholas.
– ¿Por qué una hora antes? – dice Susan, mi única amiga dentro de la compañía, es la coordinadora del esquipo de marketing
– El señor Brown no se siente bien, creo que luego querrá ir a su casa – respondo a su pregunta
– Pero es la hora del almuerzo ¿acaso él no come?
– Susan, por favor, igual son ordenes, dijo que todos debe estar, en especial tu
Ella hace una mala cara y afirma con su cabeza
– Bueno, creo que voy a comprar algo en cafetería ahora porque ya sé que no tendré chance de comer después
La chica se va hacia la cafetería moviendo su largo cabello rizado, Susan puede ser algo coqueta y llamativa cuando se lo propone, pero igual así la amo, ha sido demasiado buena conmigo
Un rato más tarde me dirijo a la oficina para decirle a mi jefe que todo está listo, dejo mi escritorio organizado para cuando tenga que volver pueda seguir con mi trabajo sin perder el hilo de lo que estaba haciendo
– Señor, ya todos están en la sala de conferencia, está todo listo – digo tomando mi agenda, mi Tablet y el bolígrafo, llevo de todo porque un día me pasó que es una reunión importante la tableta se descargó y tuve que memorizar todo lo que el con sus socios hablaron por casi tres horas, fue terrible.
– Bien, entonces vamos – responde poniéndose de pie – Pero antes, quiero decirle algo, ¿Podrías regalarme un minuto? – cuestiona mi jefe sacando de su maletín unos papeles, lo miro y parece bastante serio, ¿habré hecho algo mal?
Capítulo 2
Narra Grace
Hasta ahora he conocido pocas personas que cada vez que abren su boca dicen frases que de inmediato se convierten en filosofías de vida, son tan inteligentes que piensan con profundidad cada cosa, llevo acumulando en mi cabeza muchas de esas frases que el señor Nicholas dice, es interesante su forma de ver la vida, es admirable, pero algunas veces puede ser duro, tanto que puede destruir también con esas mismas palabras.
– Sabe que le tengo mucho aprecio y que he valorado su trabajo, ¿verdad? – dice mi jefe mirándome a los ojos desde su posición.
– Si señor, me lo ha mencionado muchas veces y le agradezco – digo recordando la infinidad de gestos amables que ha tenido conmigo y mis hermanas, pues él me ayudó a conseguirles una beca en una de las mejores preparatorias de mi ciudad, claramente ellas deben mantener un promedio académico, las mataría si pierden alguna asignatura.
– Bueno, primero que todo, lamento haberme involucrado en su vida personal, no le he preguntado con mala intención sobre sus situaciones, solo que recuerdo el día que vino para la entrevista y se lo importante que es su familia para usted, también como una forma de agradecer su excelente trabajo hago todo lo que hago.
Se a lo que se refiere, ha tenido atenciones conmigo que nunca ha asumido con otro empleado
– A lo que quiero llegar es que me tomé el atrevimiento de indagar sobre una deuda que usted tiene, se me hizo un poco sorprendente que siendo tan joven tuviera una deuda tan grande, pero recordé su historia y todo tuvo sentido y es aceptable, también yo haría cualquier cosa por las personas que amo.
No comprendo a lo que quiere llegar, ya eso de que el revisa la vida de sus empleados lo sé, he encontrado por accidente un expediente con hasta el registro de nacimiento de muchos de los que están aquí.
– Tengo un amigo con quien estoy hablando, quiero hacer un acuerdo con él, me ha pedido hacer negocios desde hace un tiempo así que usé esa oportunidad para tratar de ayudarle – sigue el señor Brown
– ¿Cómo así señor? – pregunto al no comprender nada
– Estamos llegando a un acuerdo, de reducir por lo menos a un cincuenta por ciento su deuda de la hipoteca de su casa y los bienes que fueron la única herencia que recibió su madre
¡Santo Dios! Me quedo en shock por un instante, el corazón se baja hasta mi estómago y las manos me empiezan a sudar, primero por lo que ha dicho y segundo por como esculcó mi vida crediticia; esa parte de la historia nunca antes la había contado a nadie; mi madre recibió de mi abuela materna un par de propiedades antes de morir, era la granja en la que ellos vivían cuando eran niños, pero al estar en un momento tan crucial todo lo que estaba a nombre de mi madre fue usado para ser hipotecado, ya nosotros perdimos las esperanzas de recuperar esa granja, nos hemos preocupado más por nuestra casa no solo por el valor sentimental sino también porque la cantidad adeudada es menor.
– Señor, de verdad no sé qué decirle
– Grace, lo que le digo aplica para todo, para que usted pueda también recuperar la granja de su abuela; es un proyecto que está en discusión pero que será bueno para ambas partes, abriremos otro punto de Brown Wine y las ganancias serían muy buenas, estoy dispuesto a dar lo mejor de mí y aceptar a este amigo como socio únicamente si accede a esa petición que hice.
– Señor, no sé qué decirle, estoy sorprendida y a la vez demasiado feliz.
– Por ahora no mencione nada, prontamente mi abogado se encargara de todo para que sea un hecho
El hombre me sonríe y no puedo evitar el impulso de acercame y darle un abrazo, el me da unos golpecitos en la espalda y sonríe, creo que he recibido más de mi jefe que de mi propio padre.
– Solo no vaya a llorar, los demás pensarán que la he regañado – el ríe y yo hago lo mismo
Un rato más tarde, ya nos encontramos en la sala de conferencias, la reunión es acerca de la nueva imagen que usaran de la compañía, ya que han creado un vino que hasta ahora lo catalogan como el mejor del país, por lo que también necesita una imagen que llegue a su altura.
– Bien, estos colores son la propuesta inicial de nuestro equipo de diseño, teniendo en cuenta el concepto que nos han dado de este nuevo vino que viene a posicionarse en los primeros lugares – menciona la chica que dirige la ponencia en frente de los demás
– Me gusta – es lo que dice el jefe y ellos parecen satisfechos – Solo quiero que para la próxima no me muestren bocetos, hagan de cuenta que mañana es el lanzamiento del vino, quiero algo más imponente – dice para terminar con su respuesta
– Bueno, creo que eso es todo – le digo al grupo de personas que ya están felices por terminar pues el hambre es más fuerte que cualquier cosa ahora, juro haber escuchado más de un estómago rugir como león
Anoto en mi agenda la fecha de la próxima reunión y me pongo de pie para desconectar los equipos, muchos van de inmediato a la cafetería para comer algo, el señor Nicholas regresa a la oficina y Susan se queda conmigo a esperarme para comer.
– Vaya que fue larga esa ponencia, no sé porque se dan mala vida en escoger unos dibujitos, lo que interesa es un excelente nombre, que llame la atención y mucha publicidad – dice Susan algo estresada
– Me causa curiosidad en probar ese nuevo vino, algunos han dicho que es casi como la sangre cristo – digo exagerando un poco
– Lo vamos a probar, por ahora solo mueve esas manitos que tengo hambre – sigue mi amiga desesperada
– Si quieres ve pidiendo mientras dejo esto la oficina, te alcanzo en un rato
Susan se va a la cafetería y yo subo a la oficina para dejar mis cosas en el escritorio, al llegar veo la puerta abierta y a mi jefe en su silla de reyes sentado.
– Pensé que estaba almorzando señor – digo colocando en la mesa mi agenda y la tableta
– No tengo hambre – dice con voz baja – Creo que mejor voy a casa a descansar, cancela por favor las reuniones que tenga.
Me asombra un poco lo que pide porque no es costumbre de él hacer ese tipo de cosas, debes estar muy agotado entonces. El señor Brown se pone de pie, toma su móvil y lo guarda en su bolsillo, toma su maletín y se dispone para salir, dejo de mirar lo que hace para continuar organizando mi mesa, pero un fuerte estruendo me hace girar nuevamente hacia él, estaba tendido en el piso, estaba desplomado en el medio de la oficina.
– ¡Dios! ¡Señor Nicholas! – grito corriendo hasta el, me desespero por un instante al verlo inconsciente – ¡Ayuda! – grito también tirada en el piso mirando alguna señal de que estuviera vivo
– ¿Qué sucede? – dice Rigo, el jefe de seguridad que pasaba en el momento
– No lo sé, solo pide una ambulancia – digo con la voz temblosa
Los nervios siempre me han jugado una mala pasada, me ha costado mucho aprender a cómo reaccionar ante las situaciones de caos. He pensado mucho en las razones del por qué puedo ser así y siempre llego a la misma conclusión, creo que mis traumas parten a raíz de la enfermedad de mi madre, tuve que ver de cerca muchas cosas, casi que palpé su muerte.
El desmayo del señor Nicholas me provocó una crisis de nerviosismo, gracias a Dios pude reaccionar dentro de mi estado y la ambulancia llegó a tiempo. Todos los empleados de Brown Wine no podían creer lo que había pasado, siempre vimos a un hombre saludable que por alguna razón se ha desplomado.
Ahora me ha tocado la parte más difícil, llamar a su esposa y decirle lo que ha pasado.
– Hola, ¿señora Dilaila? – digo controlando mi voz temblosa
– ¡Oh! mi querida Grace, ¿Cómo estás? – dice con un saludo carismático
– Yo estoy bien, pero ahora no lo estoy tanto; lamento ser portadora de malas noticias para usted, lo que sucede es que su esposo el señor Nicholas, ha sufrido un desmayo y… ¿hola?
Espero un segundo y no escucho nada del otro lado del teléfono.
– ¿Hola? ¿Señora Dilaila? ¿Me ha escuchado?
– ¡Ah! ¡No puede ser mi pobre Nicholas! – grita de repente haciendo que salte de la impresión
– Cálmese por favor, debe estar tranquila, si quiere llamo a uno sus choferes para que la recoja, solo espere en casa, no se mueva de allí
Creo que fue mala idea llamarla, la mujer comienza a llorar desesperada, por lo visto es más nerviosa que yo. Unos minutos más tarde al dejar todo en orden en la oficina de mi jefe me desplazo a la clínica, quería ir antes pero mi deber es dejar todo organizado, eso me lo ha enseñado el señor Nicholas, él siempre me decía que debía estar empapada de todo lo referente a él, que si algún día surgía una emergencia mi deber no era dejar que el día en la compañía se convirtiera en un caos, si no mantener el orden de absolutamente todo mientras se hallara una solución pertinente.
Llegando a la clínica miro a su esposa desesperada, su hija pequeña Emilia y su otro hijo Néstor que ya es un adolecente están en la sala de espera.
– Señora Dilaila, ¿Cómo están? – saludo a los chicos que tienen ojos irritados
– Estoy demasiado nerviosa, aún no sabemos nada, las enfermeras solo pasan y no mencionan nada de mi esposo, no hemos visto aun al doctor Domínguez para que nos informe sobre el estado de Nicholas.
– No se preocupe, ya mismo pido información – menciono dejando mi bolso en una de las sillas y acercándome a la recepción del piso VIP donde tienen a mi jefe.
– Señorita, buen día, quería saber sobre el estado del señor Nicholas Brown, lo ingresaron hace varias horas a esta inclina y aun no tenemos un reporte.
La chica muy amable asiente con su cabeza y me dice que en unos minutos el doctor encargado llegara a la sala, media hora más tarde el doctor aparece, la mujer que está a mi lado salta de su silla al igual que los demás para saber lo que pasa con mi jefe.
– Sé que están alterados, la situación no ha dado para más, pero aún no sabemos con exactitud, ya están procesando la serie de exámenes para confirmar lo que estamos sospechando, no quiero aun dar algún tipo de diagnóstico hasta no tener en mis manos los resultados definitivos.
– Doctor, ¿Qué ha pasado con mi esposo? El viene a sus controles con normalidad, ¿Qué puede estar pasando?
– ¿Venir? Dilaila, tengo mucho de no ver a Nicholas en sus controles de rutina – dice el medico haciendo que todos nos asombremos
– Yo le he agendado las citas a mi jefe cada vez que usted lo indica – respondo a la esposa para defenderme
– Pero las cancela, la última vez que vino solo pidió hacer un chequeo de su vista pero no quiso hacerse los exámenes generales que le hago al resto de los miembros de su familia
La mujer cae en su silla poniendo sus manos en la cabeza, niega lo que pasa.
– Apenas tenga resultados volveré, no tardaré mucho
El medico se retira y los demás solo se miran las caras sin comprender
– Últimamente él no ha querido comer en casa, la verdad no puedo decir si mi esposo se ha estado alimentando bien
– Él tampoco come en la compañía, esta mañana me ha dicho que no tenía apetito, hasta me hizo pensar que su estómago no estaba bien, pues hacía gestos de dolor.
La mujer llora de nuevo haciendo que sus dos hijos la abracen, yo como estoy para mantener la calma, voy por un té y se lo brindo a la dama para que se tranquilice.
– Familia del señor Nicholas Brown – dice un hombre con un uniforme de color diferente que aparece junto al médico de cabecera de la familia
– Si, doctor
– Bien, ya le hemos realizado una serie de exámenes a su esposo teniendo en cuenta las fallas que ha presentado, primero; el señor ya está consciente, logramos estabilizarlo, segundo; lo que su esposo ha presentado es un desmayo ocasionado por una deshidratación por lo que pudimos charlar con el paciente ha manifestado no ingerir alimentos, es decir se ha saltado varias comidas, debido a un dolor abdominal que se irradia hacia su espalda, también anexamos a eso su falta de apetito, según los controles que el doctor Domínguez tiene de su historial, el señor ha presentado una pérdida de peso y también sumamos una serie de síntomas que son visibles y otros que el paciente ha manifestado, como la fatiga, el color de su orina y heces, el tono de su piel, etc.
– ¿Eso qué quiere decir? – pregunta la esposa del jefe
– Bien, todos estos síntomas nos llevaron a saber que había una falla en un órgano importante, luego de realizar los exámenes afirmamos nuestra sospecha inicial, su esposo tiene cáncer de páncreas
– ¡Dios! – la mujer tapa su boca como una señal de no creer lo que escucha
– Queremos que sean fuertes, su cáncer está avanzado y desde antes habría sido difícil de detectar, pues es más notable solo hasta que aparecen síntomas
– ¿Por qué? ¿Por qué a mi esposo? – sigue la mujer sin asimilar nada
– Las razones pueden ser muchas, el cáncer de páncreas ocurre cuando las células del páncreas desarrollan cambios o mutaciones en su ADN o por mutaciones genéticas heredadas.
– Esto no puedes estar pasando, doctor usted tiene que ayudar a mi esposo
La señora Dilaila se pega de la bata del médico y lo intimida de una forma que este parece incomodo, yo la tomo del brazo y la ayudo a ubicarse en su puesto
– Haremos todo lo que esté en nuestras manos, empezaremos con un tratamiento y todo es esperar cómo reacciona.
Capítulo 3
Narra Nicholas
Me he propuesto desde muy joven ser un hombre exitoso, aunque desde que nací ya la fortuna venia conmigo, pues ser un Brown requería de responsabilidad, mi padre Gregory Brown tiene la compañía vinícola más grande del país, siempre ha sido reconocido por su trabajo y por su dinero, desde mucho fue catalogado como el empresario número uno de la industria, es inteligente y astuto, donde el metía sus manos para empezar un proyecto, ese tenía el éxito asegurado.
Mi padre quedó viudo muy joven, mi madre murió de cáncer de páncreas cuando yo tenía tan solo quince años de edad, en esa época mi padre estaba en su mejor momento, pero al pasar por un episodio tan traumático, mi hermano mayor se hizo cargo de la compañía por un tiempo, recuerdo que al estar solo los dos en casa tenía que presenciar sus crisis de culpa, pues él decía que mi madre había muerto por él, que de haber descubierto su enfermedad con tiempo ella aun estuviera viva, pero no lo creo de esa manera, en mi mente siempre estuvo la rapidez de esa enfermedad al llevarse a mi madre, casi que ante nuestros ojos se fue consumiendo y no hubo poder humano, ni poder económico que sirviera para salvarla; esa situación llevó a que mi padre nos inculcara lo importante que debe ser la familia, a preocuparnos primero por nuestros seres queridos y luego de lo demás, el me daba lecciones diarias; como de encontrar a una buena esposa, que una buena mujer podía marcar nuestra vida de forma positiva, que él pudo ser exitoso gracias al apoyo de ella, etc. Así mismo, me decía que la mujer que yo tenía que buscar debía ser tan buena como mi madre, que sea amorosa, que sea inteligente y que siempre la valorara, que el día que tuviera mis hijos les dedicara mucho tiempo, que nunca desaprovechara las ocasiones especiales, los cumpleaños, aniversarios, etc. Él se veía muy destrozado y con su conciencia matándolo por no estar en momentos en los que simplemente el trabajo no lo dejo estar con nosotros; mi manera de ayudarle era darle un fuerte abrazo y llorar junto a él.
Con el paso de los años yo seguía estudiando y preparándome, quería conceder todos los deseos de mi madre, quería que terminara la escuela y la universidad con honores y lo conseguí, mi padre luego de aquel bajón, pudo levantarse y seguir adelante, junto con mi hermanos le dieron más impulso a la compañía. Yo quería trabajar con ellos, pero a la vez tenía una meta en mi mente y un impulso en mi corazón en querer abrir mi propia compañía vinícola, era un proyecto ambicioso en el cual trabajé, y el día que se los presenté a mi padre y a mi hermano mayor no parecieron muy felices, ambos querían que yo siguiera en Gregor Wine, la compañía de papá, pero me negué y a la vez me molesté por no recibir su respaldo, mi padre fue impulsador de muchos otros chicos que en su momento pidieron ayuda pero se negó conmigo. En medio de mi indignación me propuse hacerlo yo solo, con los fondos que tenía construí la que hoy en día es la competencia de directa de Gregor Wine, cree Brown Wine.
Claramente por el tiempo de experiencia que lleva mi padre tiene catalogado el título del número uno, pero yo que casi con las uñas hice todo, tengo el segundo lugar, lo que para mí es más que suficiente.
Las relaciones familiares se vieron afectadas cuando decidí separarme del negocio de la familia y en crear otra empresa, mi padre y mi hermano se volvieron distantes, cabe decir que nunca existió la rivalidad ni la intención de dañar al otro, solo que cada quien trabaja en su lado ignorando lo demás.
Yo amo a mi padre y amo a mi hermano, por eso a pesar de todo, al conocer a Dilaila y al decidir casarme con ella, hice el respectivo protocolo que mi padre tenía en casa, un día aparecí con ella en su despacho y la presenté, temía que me insultara a mi o a ella, pero nos recibió mejor de lo que esperaba, tenía años de no compartir con él una comida y ese día fue el renacer de nuestra relación, cabe decir que por temporadas nos molestamos porque nunca olvida nada, pero al final alguno de los dos vuelve; su nivel de orgullo cedió un poco cuando nació mi hijo mayor Jackson, fue su primer nieto y eso le sacó el lado sensible al estricto y cascarrabias de Gregory, el ama a mis hijos y aun cuando me molesto con el mis hijos no tienen por qué hacer parte de esas discusiones, a la final serían los únicos que tendría porque mi hermano mayor quedó como un solterón, el pobre Robert le dedico su vida entera a la compañía y se olvidó en buscar una esposa.
En mi empresa Brown Wine, no solo quise inculcar lo que aprendí de mi padre, pues el sector vinícola es lo que nos ha acompañado por muchas generaciones, también quise darle mi sello, quise apoyar a quien no tenía un respaldo, quise darle la oportunidad aquel que en algún momento de su vida le dijeron que no, quise ayudar dándole empleo a muchos, capacitando al que no sabía nada para que pudiera ocupar un lugar en mi empresa, quise construir una familia grande donde todos nos apoyemos, aunque siempre manteniendo el respeto y las respectivas jerarquías que deben existir para no perder el rumbo del líder de la manada, a pesar de tener esa ideología una de las personas que tenía destinada para mi compañía quiso retirarse de la manada y emprender solo su camino, esa personas fue mi hijo Jackson, lo que afectó nuestra relación.
– ¿Me voy a morir? – pregunto al médico que luego de casi forzarlo me ha dado mi diagnostico
– Rayos, eres tan negativo Nicholas, de no estar en esa camilla ya te hubiera dado un golpe, que manera de ver las cosas – dice el doctor Domínguez quien es un amigo de infancia
– No maquilles nada conmigo, antes de ser tu puto paciente fui tu amigo, así que dime la gravedad del asunto
-Ese fue el error, por ser mi amigo dejé pasarte muchas cosas, debí pedirte que vinieras a los controles pero por estar siempre en la confianza solo venias a contarme chiste y liego te ibas sin dejar que revisara
– Sabia lo que tenía desde hace mucho, mi madre murió de cáncer de páncreas, lo mismo que le pasaba a ella me venía pasando a mí, no hubo forma de retenerlo.
– ¿Por qué no dijiste nada?
– ¿Para qué? – digo levantando mis hombros
– ¿Cómo que para qué? Nicholas el tiempo es lo único que perjudica, es mucho más fácil si las enfermedades se detectan a tiempo
– ¡Nah! mi madre pasaba más en el medico que en casa y aun así no descubrieron nada hasta que la enfermedad avanzó como una carrera de caballos, en un abrir y cerrar de ojos se fue de nuestro lado.
– No te comprendo, amigo
– No le tengo miedo a la muerte, si me llego a ir en algún momento me iría feliz, ya hice lo que debía hacer, es todo lo que puedo decir – respondo a mi amigo quien parece, preocupado, asombrado y a la vez enojado conmigo.
– ¡Oh! cariño
Mi esposa entra a la donde me encuentro y corre a darme un abrazo, me aprieta con fuerza y llora desconsolada
– Estoy bien, mi cielo, estoy bien – digo dándole palmaditas en su espalda
– ¿Por qué no venias a tus controles? – pregunta con sus ojos llenos de lagrimas
– Porque estaba ocupado
La verdad no iba a perder mi tiempo sabiendo lo que tenía, me sentía mejor en mi empresa que aquí, además siempre que venía se llenaba mi cabeza con malos recuerdos.
– Ya es hora Nicholas, lo sabes – dice ella sabiendo que yo sé a lo que se refiere
– No lo sé cariño
– Jackson ha debido estar frente a muchas cosas de la compañía hace tiempo, solo deja tu orgullo a un lado y llámalo, es tu hijo, la única persona en la cual puedes confiar.
– En la compañía está Grace, así que no te preocupes – digo para aliviar sus regaños
– Grace es excelente en su trabajo, lo sabemos pero debe haber un jefe, así que llamaré a Jackson, si tú no lo haces yo lo haré, porque a partir de hoy tú debes quedarte aquí, ahora más que nunca voy estar atenta con tu salud Nicholas David Brown.