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SINOPSIS

Bianca es una estudiante de ingeniería que es becada por su disciplina y consigue un intercambio para ir a Estados Unidos, dejando en Italia a su novio de hace tres años, Fabrizio. Se prometen esperarse, hasta que Bianca pueda regresar en seis meses, pero su estadía se alarga por 2 años.

Tras perder la comunicación con Fabrizio, no consigue olvidarlo, por lo que al volver llega a la casa de él a para decirle que aún lo ama y que está dispuesta a retomar los proyectos que tenían, pero se encuentra con que está casándose con su mejor amiga, la que nunca le dijo que tenía una relación con Fabrizio. ¿Qué pasará ahora que Bianca regresó? ¿Querrá Fabrizio retomar la relación con ella o mantendrá su matrimonio?

Prefacio

El camino al aeropuerto se hace en extremo silencio. Mientras Lía conduce, Bianca y Fabrizio se mantienen en la parte trasera, tomados de las manos, tratando de contener las lágrimas.

Han sido novios por tres años, pero ahora deben separarse para que Bianca pueda cumplir con uno de sus sueños.

Se ganó una beca para perfeccionar sus estudios de ingeniería en electrónica en el MIT, en Estados Unidos. Quisiera poder irse con él, pero Fabrizio tiene sus propios sueños, antes de casarse y formar una familia.

-Te voy a extrañar muchísimo – le dice ella, acomodando su cabeza en su pecho -.

-Yo también, pero solo serán seis meses… podemos con eso.

Al llegar al aeropuerto, Fabizio saca sus maletas y las lleva, mientras Lía va del brazo de Bianca, se detiene un poco, dejando que el chico avance y le dice a su hija.

-Te voy a extrañar, pero sé que todo irá mejor. Solo espero que encuentres a alguien mejor.

-¡Mamá! – dice Bianca sin levantar la voz -. Yo amo a Fabrizio, es un gran chico, va a lograr grandes cosas en su vida.

-¡Pero no es de buena familia! Entiende que quiero para ti un buen futuro, con un hombre estable económicamente.

-No lo necesito, para eso estoy estudiando, yo sola me puedo asegurar el futuro, solo quiero a un hombre que me ame.

-¿Aunque debas mantenerlo…? – dice Lía horrorizada -.

-Aunque tenga que comprarle hasta la ropa interior, quiero amor, no bienes ni dinero. Eso me lo consigo yo misma.

Bianca sigue caminando y logra alcanzar a su novio, que la mira con los ojos llenos de amor. Esa es la mirada que ella quiere para cada día de su vida, para siempre.

Una vez que termina de hacer todo el chequeo de su vuelo, Bianca camina a la sala de embarque, sin querer soltar a su novio. Su madre la abraza y le desea un buen viaje, tratando de alargar el momento lo más posible, para que Bianca no se despida de Fabrizio.

Bianca se separa de ella, casi a la fuerza y se lanza al cuello de su novio, con gruesas lágrimas en los ojos.

-Te prometo que te llamaré cada día – le dice él, acariciando su cabello con ternura y la vista fija en sus ojos -.

-Y yo te prometo que haré todo lo posible para que tengamos un buen futuro… para no volver a separarnos nunca más.

Sellan su promesa con un profundo beso, lleno de amor. La pareja se separa y Bianca atiende el llamado de su vuelo. Se despide con la mano, con el corazón en la mano por tener que separarse de su chico, pero sabe que esos seis meses solo fortalecerán su relación.

En cuanto Bianca se pierde de vista, Lía se gira a Fabrizio y le dice destilando veneno.

-Ni creas que mi hija te será fiel, seguro en una semana te llamará y te dirá que quiere terminar contigo, porque encontró un chico de buena familia, que la puede mantener como su padre ha hecho con nosotras.

-Me va a disculpar, pero su hija no es como usted. Ella entiende cuál es el verdadero sentimiento en una relación y es el amor a la otra persona, no al dinero.

-¿Estás seguro? Eso lo dices porque eres un muerto de hambre.

-Bueno, así y todo su hija me ama. Ahora, si me disculpas, debo ir a terminar mi tesis, porque tengo una mujer a la que esperar, para hacerla mi esposa y cuando llegue, ya no seré “un muerto de hambre “.

Fabrizio se va de allí, sin dejar de pensar en las palabras de Lía. Toma un taxi a su casa, porque es obvio que la mujer no lo llevará.

Mientras, solo puede confiar en el amor de Bianca, que se lo ha manifestado de muchas maneras.

Su corazón se va en aquel vuelo y sabe que le tocará pasar por muchas pruebas antes de lograr convertirse en el esposo de Bianca Conte.

Mientras, en el auto, Antonieta piensa en cómo deshacerse de Fabrizio, porque ese muchacho no es digno de su hija y necesita alejarlo de su pequeña.

Le costó demasiado criar a una mujer con un futuro prometedor, como para que vaya a estropear sus planes por enamorarse de ese chico arribista, sin dinero y con una familia sin pasado.

-En mis manos está, Fabrizio De Santis que no llegues al altar con mi nena, porque ella es mil veces mejor que tú.

Capítulo 1: El futuro tocando la puerta.

Bianca camina por los pasillos de la universidad, pensando en las llamadas de su novio, Fabrizio, quien simplemente dejó de hacerlas de un momento a otro. Revisa su teléfono en cada descanso que tiene, pero es inútil.

Le ha preguntado a su madre y a su amiga, Sabrina, pero ninguna le ha dado razones sobre él. Lo peor de todo es que no puede viajar al menos por los próximos cuatro meses, porque está trabajando en un proyecto muy importante junto a su profesor y tres compañeros más. Es algo sumamente importante, algo por lo que peleó para ganárselo y ahora no lo puede echar a perder por amor, al final fue la principal razón de aceptar esa beca… tener mejores oportunidades de trabajo luego de casarse.

Entra a la oficina del profesor, donde los demás esperan por ella y se encuentra un semblante preocupado de su tutor, y sus compañeros no están mejor.

-Bianca, toma asiento, por favor  – hace lo que el profesor le pide y el hombre sigue -. Estamos atorados con el proyecto, Annie no sabe cómo recalcular las piezas del engranaje y…

-Sí sé cómo hacerlo, pero no tengo tiempo – dice ella molesta, de brazos cruzados -. Entre viajar a la universidad cada día pierdo unas tres horas y no siempre me puedo concentrar en el tren o el bus.

-Entonces, ¿qué propones? ¿Irte a vivir con uno de nosotros? – le dice con burla Jack, uno de los chicos -.

-Si fuera por eso, mejor nos vamos a vivir todos juntos – dice Robert desganado como siempre -.

-Esa es una excelente idea – les dice Bianca, poniéndose de pie -. Miren, mi casa es grande, es de una tía y me dijo que podía llevar a alguien más, para que no estuviera sola. Tiene un gran sótano, allí podríamos trabajar con el prototipo, sin tener que moverlo…

-Bianca, es una buena idea – dice el profesor -, pero no creo que se vea bien que dos chicos y dos chicas vivan juntos, solos…

-Entonces, usted se va con nosotros – dice Annie, animada por otra cosa muy diferente al proyecto -.

-Eso sería aún más incorrecto.

-Mire, nosotros podríamos estar tranquilos, trabajando juntos – le dice Bianca con tranquilidad -. No somos los primeros en vivir juntos. Usted tendrá una habitación, por si un día debe quedarse o descansar. También nos ahorraríamos los viajes a la universidad.

-Pero aquí tenemos material disponible – Robert está casi convencido -.

-Podemos dejar las visitas a la universidad una vez a la semana – la propuesta de Bianca va tomando forma y el profesor ya no cree que sea tan mala idea -. La propuesta es esa, es mi solución, si alguien tiene una mejor, la escucho.

Pero lo cierto es que en este momento no hay más ideas.

Y así, la idea se va ajustando, hasta que todos llegan al acuerdo de vivir juntos por esos cuatro meses, para sacar el proyecto adelante.

Mientras Bianca decide no insistir más con Fabrizio, porque ni por las redes pudo contactarlo, ahora es tiempo de dedicarse a su carrera a tiempo completo. Ya vendrá el momento de las explicaciones.

Jack ofrece su camioneta para ir por sus cosas y todos acuerdan una cuota mínima para comida. El profesor se va con Bianca para elegir su habitación, que usará como despacho y en el trayecto le agradece a Bianca.

-No es nada. Me servirá para no pensar en lo que perdí por esta beca – se mira las manos y el profesor no entiende que una chica tan inteligente se exprese así -.

-No veo qué pudiste perder, esta beca lo es todo para muchos…

-Me refiero a mi novio, perdí contacto con él hace un mes, ni siquiera puedo contactarlo por las redes… creo que me olvidó, pero yo a él no puedo olvidarlo.

-Los amores van y vienen, Bianca. Espera a que llegue el momento de regresar y vas, lo buscas, y le das un par de bofetadas de mi parte… no es justo que una chica tan linda sufra así por la ingratitud.

Bianca no entiende por qué su profesor dice eso, hasta que siente el sabor salado de las lágrimas… las mismas que ha dejado salir cada noche, pensando en que ella sí amaba de verdad.

Bianca mira por la ventana, mientras el profesor sigue el recorrido que le señala el GPS. Él no deja de pensar en que Bianca es la mejor del equipo, líder nata del grupo y que ella aporta mucho más que solo conocimientos. Es cierto que al inicio era muy activa y aportaba una idea tras otra, pero ahora estaba como apagado y la necesitaba como antes.

Si Bianca se deprimía, entonces ese proyecto o fracasaba o se retrasaba, y cualquiera de esas opciones, era muy mala.

Cuando llegan a la casa de Bianca, el profesor Jones se queda impresionado, porque esa casa es más que una casa. Es una verdadera mansión.

-Bianca, ¿estás segura que tu tía no se va a molestar?

-No, ella vive en Portugal ahora, una señora viene una vez a la semana a limpiar y me cocino yo misma – ella se baja del auto y le hace el gesto con la mano -. ¿Va a elegir su habitación antes que los chicos? Porque le aseguro que Jack se quedará con la mejor.

Deja parqueado el auto frente a la casa y entran, al profesor Jones se le hace acogedora de inmediato, pero no por el espacio, sino porque la sonrisa de aquella joven marca la diferencia.

-Esta es la sala, pero seguro será la sala de reuniones – camina un poco y se para frente a dos puertas, una más ancha que la otra -. Aquí está en despacho, lleno de libros y seguro otra sala de reuniones. Y esta es la puerta al sótano, iremos todos juntos a conocerlo.

Sigue por el corredor, donde hay unas escaleras de madera muy sencillas y lo invita a subir. La primera puerta está abierta y ve una habitación perfectamente ordenada.

-Esta es mía, no me gusta pasar por todo el pasillo, menos por las noches – se ríe y continúa -. Le sugiero la “suite presidencial”.

Lo lleva a la habitación al final del corredor, abre la puerta y el profesor Jones se queda con la boca abierta.

Es una habitación enorme, con su propio baño y despacho. Allí caben diez personas fácilmente y seguiría sobrando espacio.

-Creo que esta es perfecta para usted. Tiene espacio suficiente y no creo que ninguno de nosotros lo necesite… después de todo usted sigue siendo la cabeza de este proyecto.

-Bianca, esto es demasiado para mí…

-Mejor usted que Jack – y esa sonrisa otra vez… poder de convencimiento puro y no entiende cómo el novio no pudo esperar por ella -.

-Gracias, por supuesto que me la quedo.

-Ahora vamos abajo, a esperar a que lleguen los demás.

Para cuando llegan Jack, Anne y Robert, Bianca tiene pasta recién hecha con salsa blanca, así que nadie se pelea los cuartos.

Cuando terminan de comer, los chicos lavan y las chicas guardan… y como el profesor cuenta como chico, no se quedó atrás.

Bianca los lleva a conocer el sótano y todos se quedan bobos.

-Esto podría ser una extensión de la universidad fácilmente – dice Robert -. Aquí ni siquiera vamos a chocar entre nosotros.

-Espera a que esté lleno con nuestras mesas y escritorios… y seguiremos teniendo espacio – Anne no deja de mirar feliz -. Van a tener que sacarle obligada de esta casa, en dos días les tengo todo corregido.

-Ahora a las habitaciones – dice Bianca entusiasmada, pero el profesor los detiene -.

-Primero, un par de reglas. Uno, no van a compartir habitación con compañeros del sexo opuesto. Dos, no van a espiar al compañero de sexo opuesto y tres… tienen que invitarme a cenar todos los días que cocine Bianca.

Los chicos se ríen y suben a elegir las habitaciones. Chicas de un lado, chicos del otro y nadie discute nada más.

Por hoy hay descanso, pero desde el día siguiente empezarán a trabajar arduamente.

Cuando Bianca se despide del profesor y de sus compañeros, se encierra en su cuarto, se da una ducha rápida y se mete a la cama, pensando en que es hora de seguir adelante.

Aunque por su parte esa relación no ha terminado, es mejor no quedarse en el pasado, porque el presente la pide a gritos y su futuro está tocando a su puerta.

Capítulo 2: El inicio de algo mejor.

Cuatro meses después…

El grupo del profesor Nathan Jones está emocionado, porque hace unos días el proyecto fue entregado al equipo de evaluación del MIT.

Ese programa especial que les dio la oportunidad de perfeccionar sus conocimientos, conocerse entre ellos y presentar un prototipo de asistente de tareas básicas para personas con movilidad reducida, iba a abrirles el camino a su propia empresa o mandarlos a estudiar de nuevo.

Pero para Bianca, significaba algo más.

Si todo salía bien, al día siguiente podría regresar a Italia y buscar a Fabrizio.

No hubo día que dejara de pensar en él, pero tras llevar a los chicos a vivir con ella, ya no era tan doloroso. Durante el día se dedicaron a trabajar arduamente y pronto ese día en la universidad desapareció, porque no tenía sentido ir. Tenían todo lo que necesitaban en la casa y eso permitió obtener un prototipo marchando a toda máquina.

El profesor Jones y Bianca habían sido los elegidos para dar la última presentación, los demás estarían en la sala para dar apoyo de ser necesario y todos sabían lo que tenían que hacer.

Esperan fuera del auditorio, hasta que una mujer los llama. Es su turno y ahora se juegan el todo por el todo.

Una hora cuarenta y cinco minutos estuvieron dentro, respondiendo las preguntas agudas sobre el proyecto, el financiamiento, cálculos, accesibilidad de los usuarios, etcétera.

Todos demostraron el conocimiento en el proyecto, presentaron sus aportes y dejaron claro que todos se involucraron.

No podría ser de otra manera, si el profesor se quedó muchas veces en la mansión, trabajando hasta tarde y guiando a los alumnos.

-Profesor Nathan, ¿qué puede decir de sus alumnos?

-Son magníficos. Desde el principio quisieron trabajar con algo que beneficiara a las personas, pensaron cada detalle precisamente en aquellos que podrían ver un apoyo en su vida cotidiana.

“Jack es agudo, siempre fue quién hizo las preguntas más incisivas, cuestionó todo y eso ayudó a mejorar cada aspecto del prototipo.

“Anne se encargó de los números y los ajustó cada vez que se requirió, nada la detuvo y gracias a ella pudimos conseguir cada una de las piezas que lo conforman.

“Robert es analítico. Él fue quien se encargó de justificar cada proceso y función del prototipo. Incluso, estuvo dos semanas en una silla de ruedas, probando la funcionalidad del proyecto.

“Y Bianca. Ella se manejó en todos los aspectos, ordenó muchas veces el desorden que se formaba con tantas ideas. Nos dio un espacio común para poder trabajar de manera eficiente y se encargó de todas las legalidades y redacciones.

-Si me permite – dice Jack poniéndose de pie -. Nada hubiera sido igual sin ella en el equipo.

-Es cierto – dicen Robert y Anne -.

-Muy bien – dice el examinador en jefe -. La verdad es que esta presentación fue casi por cumplir con el protocolo, porque tanto su prototipo como el documento que lo acompaña es bastante completo. Es por eso que decidimos darles el premio al mejor proyecto y eso incluye una suma de cincuenta mil dólares.

“Queremos ver ese proyecto y muchos más salir de sus mentes. Y, para el caso de Bianca Conte, emitiremos el certificado que acredita la finalización del curso y la especialización en robótica.

“Todos saldrán de aquí con una mención honrosa, por su aporte a la comunidad y las tecnologías.

Los examinadores aplauden a los alumnos, incluso el profesor Nathan Jones hace lo mismo, porque ser el profesor guía de aquellos muchachos ha sido una experiencia maravillosa.

Salen de allí, con la promesa de una ceremonia de gala, donde tendrán la oportunidad de deslumbrar a potenciales inversionistas.

Cuando llegan al auto de Jack, se quedan mirando y Robert rompe el silencio.

-Es obvio que quieren que sigamos, pero el asunto aquí es que Bianca se irá, seguro después de la gala.

-Eso depende – dice mirando a todos, incluso a su profesor, con quien tiene una amistad muy fuerte -. Si quieren que me quede, lo haré, pero solo si formamos nuestra propia empresa.

-Eso me encantaría – dice Anne -. Pero me temo que nosotros no tenemos dinero para eso.

-Tenemos cincuenta mil dólares – dice Jack -. Nos toca diez mil a cada uno, porque el profesor merece ese dinero tanto como nosotros. Y yo estoy dispuesto a poner mi parte en esto.

-Y yo – se anima Robert -.

-Y yo, por supuesto que sí – dice Anne -.

-Bien, yo aportaré mis diez mil, además de quinientos mil dólares más, que es parte de una herencia de mi abuelo – todos se sorprenden, porque ella no aparentó jamás tener dinero -. Vayan pensando en un nombre – mira a Nathan y le sonríe -. Y tú, mi amigo, ¿te vas a unir?

-Creo que, si no lo hago, ustedes van a buscar cualquier excusa para meterme allí – todos los chicos se ríen y terminan de subir al auto de Jack -.

Hacen el trayecto a la casa con alegría, haciendo planes y definiendo quién será el CEO.

-Yo digo que Bianca – dice Robert sin dudar -.

-Solo denme un par de días. Hay cosas que tengo que arreglar, además, yo no sé nada de negocios.

-Pero aprenderás… lo sé – le dice Robert -. No hay nada que tú no puedas.

“Excepto mantener una relación a distancia”.

Bianca seguía culpándose por haber perdido a Fabrizio, así que cuando llegaron a la casa, lo primero que hizo fue ir a su habitación y llamar a su amiga para contarle la buena noticia.

Y para saber si debía regresar a Italia o quedarse allí para formar su futuro.

-¡Bianca! Amiga, ¿cómo estás?

-Feliz, ganamos el concurso, terminé mi especialización y tengo la oportunidad de formar mi empresa.

-¡Eso es estupendo! Entonces, creo que te veremos pronto por aquí.

-Primero, tengo que saber… Fabrizio, ¿ya sabes algo de él?

-No, mira… no sé qué pasó con él, pero por su madre sé que no está aquí. Se fue a Inglaterra, a una especialización.

-¿No tienes algún número? Me bloqueó hasta de las redes, Sabrina… no sé qué pasó, pero son cinco meses sin saber nada, ¿estás segura que está bien?

-Sí, creo que es algo que vas a tener que arreglar con él cuando vuelvas.

-Me temo que no sé cuándo será, porque si él se fue de Italia y ni siquiera me buscó, entonces yo ya no le importo – Bianca deja escapar un suspiro y mira su habitación -. Me quedaré aquí, a buscar mi futuro, seguro que un día nos encontraremos y hablaremos de lo que sucedió.

-Lamento tanto todo esto, Bianca, pero te deseo suerte, sé que te irá bien. Ahora cuéntame, ¿cómo es eso de que tendrás tu empresa?

Se queda hablando con ella un poco más, cuando terminan, Bianca baja para hablar con sus compañeros y levanta los pulgares.

-Me quedo.

Los tres corren a abrazarla, Jack la levanta y el profesor aplaude. Ya todo lo demás puede esperar, ella ahora tiene otros planes y no dejará que una persona que se olvidó y que la borró de su vida, la paralice esperando una respuesta. Ya llegará el momento en que se vean las caras y no será lindo, para ninguno de los dos.

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