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Lilibeth Domínguez una chica de 23 años decide a viajar a Italia, su vida da un giro inesperado cuando con su propia vida debe de salvar a un bebé de 6 meses, su madre se lo entrego ya que alguien desea deshacerse de ellos, lo que no esperaba era encontrarse con Massimo Carluccio el padre del pequeño que decide retenerla a su lado para que cuide de su hijo ya que éste se ha encariñado con ella, sin embargo, no solo se debe a esto, él mismo siente una atracción hacia ella que no logra definir al principio.

Después de algunos conflictos entre los dos protagonistas, estos comienzan a desarrollar sentimientos el uno por el otro dado que Lilibeth se da cuenta de que Massimo es capaz de dar su vida por ella y darle el lugar que merece frente a 3 mujeres que desean ser su esposa a como dé lugar.

Cuando deciden casarse Massimo sorprende a Lilibeth al hacer los trámites necesarios para que ella sea legalmente la madre de su hijo Alexandre, después de algunos meses tienen una hija a la que deciden llamar Rachel, cuando la pequeña tiene 3 meses de nacida, Massimo descubre la identidad del hombre que le ha estado robando mercancías desde hace meses así como a la verdadera asesina de su exmujer. Después de que Lilibeth cree que su esposo está muerto decide regresar a México para comenzar una nueva vida donde pone un restaurante, un año ha pasado y ella se encuentra frente al puerto cuando sus hijos se reúnen con ella, uno de los tantos hombres con lo que trabaja Massimo y que decidió seguirla hasta su nuevo hogar le informa que tiene una llamada muy importante desde Italia.

CAPÍTULO 1. PRIMER ENCUENTRO

Lilibeth Domínguez

Voy camino hacia una cafetería muy linda que encontré ayer en Orvieto, Italia es un lugar muy tranquilo y me gusta, tiene poco más de una semana que me mude aquí ya que en mi país no tengo nada que me retenga después de la muerte de mis padres me sentía tan sola que necesitaba buscar una nueva aventura, pero nunca pensé que lo que viviría en los siguientes días sería más que una aventura.

Salgo de la cafetería con un delicioso helado cuando veo a un hombre que me corta la respiración, está sentado pero puedo deducir que mide más de 1.80 es fornido, ojos azules que destacan sobre su piel bronceada sobre todo con ese cabello negro azabache y la mujer que lo acompaña es hermosa en toda la extensión de la palabra, cabellera rojiza, de piel blanca, alta y de buen cuerpo ya que desata las miradas de todos los hombres que pasan por ahí, nuestras miradas se encuentran unos segundos y siento como un vuelco al corazón pero yo soy la primera en desviar la vista después sigo mi camino.

Hace dos días de mi primer encuentro con aquel hombre y aún no puedo olvidar esos hermosos ojos al igual que esos labios que parecían invitar a besarlos, estoy en la misma cafetería de ese día grabando un pequeño video para subirlo después a mis redes sociales ya que no me gusta hacer lives, cuando detrás de mí escucho muchos disparos y por lo fuerte de estos deduzco que es un arma de alto calibre, todas las personas comienzan a correr y gritar tratando de protegerse al mismo tiempo que se escucha el chirrido de una camioneta, me agacho y cuando estoy a nada de salir corriendo como los demás puedo darme cuenta que todos los impactos de bala iban dirigidos contra esa camioneta lujosa que está a solo unos pasos de donde me encuentro, sin previo aviso se abre la puerta trasera y veo como una mujer bañada en sangre se cae sosteniendo algo en sus brazos.

Estoy a punto de dar media vuelta cuando ella repara en mí y me mira con unos bellos ojos verdes suplicando mi ayuda y como la tonta que soy no dudo en acercarme a ella, se levanta un poco y veo un bebé de aproximadamente unos 5 meses en sus brazos ella ha estado tratando de protegerlo todo este tiempo no sé si él está herido ya que llora con todas las fuerzas de sus pulmones, me lo entrega y me dice algo que no logro entender ya que no sé italiano, después de esto se arranca una cadena de plata de su cuello la cual me entrega, intenta alejarme con sus manos ya que puedo escuchar el ruido de varios autos tratando de llegar al lugar donde nos encontramos, doy media vuelta y salgo corriendo de ahí no sin antes darle una última mirada a esa mujer que ha dado su último respiro.

Corro entre las calles vacías ya que todos se han alojado en locales o en sus casas para mantenerse a salvo, cuando estoy a una distancia prudente y creo que nadie me sigue me doy a la tarea de revisar al bebé que llevo en brazos este sigue llorando, pero afortunadamente esta ileso, me quito mi chamarra y envuelvo con ella al pequeño. Después de aproximadamente una hora de caminar sin rumbo no sé a dónde dirigirme si a mi pequeña habitación de hotel o entregar este bebé a las autoridades no quiero meterme en problemas y menos siendo una turista.

He decidido llevarlo a las autoridades cuando escucho a mis espaldas unos gritos de hombres y el ruido de al menos 5 camionetas, el miedo me invade y creo que son los que están detrás de este bebé por lo que no me queda de otra que correr nuevamente, solo he avanzado unos cuantos metros cuando una camioneta me cierra el paso, pienso que es nuestro fin, se baja de la parte trasera un hombre pero por los nervios no lo reconozco así como por las lágrimas que escapan de mis ojos las cuales me nublan la vista, me veo rodeada de varios hombres con armas largas, por fin este hombre se planta delante de mí, me doy cuenta que es el mismo hombre de hace dos días y mi alma se me cae a los pies.

Algo me dice en italiano, pero yo no le entiendo y le explico que sólo hablo en inglés y español, uno de sus hombres hace de traductor todo el tiempo, me exigen que le entregue al bebé que tengo en mis brazos y que les explique qué hago yo con él, sin previo aviso él se acerca a mí y trata de arrebatarme al pequeño de mis brazos, pero yo me aferro a él como si mi vida dependiera de ello.

-Por favor no le haga daño, él es inocente -Le pido mientras más lágrimas brotan de mis ojos entonces su hombre le traduce lo que le he dicho y me responde.

-Dice mi jefe que por favor nos entregue al bebé, él es el padre del pequeño y hemos estado buscándolo desde que nos enteramos del accidente -Me sorprende que diga esto, pero aun así no puedo fiarme de su palabra.

– ¿Cómo puedo saber si no me está mintiendo? No puedo entregárselo hasta que me demuestre que él es su padre -Después de hablar con su jefe y este gritar exasperado me jala del brazo y me muestra una foto en su móvil del pequeño y en efecto puedo notar que es él mismo bebé que tengo en mis brazos y se ve bastante feliz en los brazos de su padre.

-Está bien, se los entregaré -Jalo mi brazo y por fin este hombre me suelta, pero me ha agarrado tan fuerte que estoy segura de que mañana tendré un moretón donde me estuvo apretando, levanto un poco la chamarra y estoy a punto de entregárselo cuando me doy cuenta de que el pequeño tiene su mano enganchada tan fuerte en mi suéter que me es imposible abrir su manita, ahora puedo ver que se parece al cavernícola de su padre. -Por favor señor, ¿puede extender uno de sus dedos? -Cuando le informan lo que acabo de pedir me mira con mala cara e ignora lo que acabo de decir.

-Vamos que no le voy a morder el dedo, es solo para que el pequeño pueda tomar su dedo y dejé mi suéter -Digo exasperada por la actitud de este hombre, termino de decirle eso y acto seguido extiende su mano la tomo y poco a poco acerco su enorme dedo a la manita del bebé que duerme plácidamente en mis brazos, después de un rato toma el dedo de su padre y me suelta, ya cuando lo tiene en sus brazos me mira con ojos como platos y algo les grita a sus hombres, sigo la dirección de su mirada y me doy cuenta de que mira mi suéter beige manchado de sangre.

-El bebé no está herido, es la sangre de su madre ya lo revise y él está bien, será mejor que no lo destape ya que está dormido y hace mucho frío en este momento, puede provocarle un resfriado -Se lo explico para que deje de alarmar a sus hombres mientras saco mi suéter por la cabeza (ya que no quiero andar por las calles con una mancha de sangre eso sería aterrador) y al momento me arrepiento ya que solo traigo una blusa muy fina y ajustada, tomo el suéter y lo tiro a un bote de basura que se encuentra cerca, en todo momento sus hombres y él no me quitan la vista de encima, temiendo que traiga una bomba debajo del suéter, tomo de mi mochila una cuellera y la pongo sobre mi cuerpo para cubrirme un poco del aire helado.

CAPÍTULO 2. INTENTO DE HUIDA

-Por cierto, su madre me entrego esto -Saco la cadena que me dio la mujer antes de morir, es una cadena con un anillo de oro y junto a este se encuentra un hermoso medallón con forma de corazón adornado con pequeños diamantes los cuales forman una “K” -Le tiendo la cadena, él la toma y puedo ver un poco de dolor en sus ojos, después me jala nuevamente del brazo, esto ya me está molestando no me gusta que me haga eso.

-Dice mi jefe que si la señora Katherina le dijo algo más -Exige en un tono apremiante idéntico al de su jefe.

-Si, dijo algo como “Per favore, prenditi cura del mio bambino” (por favor cuida de mi hijo) -Miro al padre del pequeño y veo como asiente con la cabeza -Bien creo que eso es todo, ahora debo irme -Y sin mirar atrás corro por un pequeño callejón mientras escucho gritos a mi espalda, logró correr cerca de 5 metros cuándo siento como alguien me alcanza y pone un trapo húmedo sobre mi nariz y boca, pataleo desesperada para no respirar, pero me es imposible y siento mi cuerpo pesado al igual que mis párpados.

Massimo Carluccio

No dejo de sorpréndeme al ver a la misma mujer que vi hace dos días, la primera vez que la vi no pude dejar de mirarla hasta que desapareció de mi vista quedé prendado de su belleza y sentí la necesidad de mandar seguirla para saber más de ella, sin embargo, al final me arrepentí ya que las mujeres son las que me buscan a mí.

Justo hoy llegué a pensar que está chica era la causante del asesinato de Katherina, al verla correr con mi hijo en brazos me inundó un odio que nunca había llegado a sentir en todos estos años. Pero cuando me di cuenta de que en realidad estaba protegiendo a Alexandre todo ese odio se convirtió en gratitud ya que arriesgó su propia vida por la de mi hijo.

Vamos rumbo a mi casa en Liguria Génova, tuve que dejar inconsciente a esta mujer para poder subirla a mi camioneta e irnos de Orvieto, son aproximadamente 4 horas de viaje y que este dormida me deja tiempo de revisar entre sus pertenencias, encuentro su celular y tomando su mano lo desbloqueo, veo un video que estaba grabando está misma tarde y puedo ver todo lo ocurrido con la muerte de Katherina, esta mujer fue tan tonta de seguir grabando sin darse cuenta pero gracias a ello me doy cuenta que la madre de mi hijo le dijo en su último aliento “D’ora in poi sarai sua madre” (de ahora en adelante tú serás su madre).

Llegamos por la noche a mi mansión, bajo con mi hijo en brazos el cual sigue dormido y se lo entregó a mi ama de llaves mientras me regreso para bajar a esta mujer y llevarla a su habitación, cuando la acomodo en la cama veo que está por despertar y pido que le tapen nuevamente el rostro con un trapo húmedo no quiero que despierte hasta mañana temprano aún tengo muchas cosas que procesar sobre lo ocurrido y no tengo tiempo para discutir con ella nuevamente.

Salgo de su habitación y la encierro con llave, me dirijo a la habitación donde está mi hijo lo está revisando mi doctor personal y por lo que me dice sé que está mujer lo cuido muy bien durante el tiempo que estuvo con él, lo tomó en brazos y comienza a llorar buscando a su madre, pero como se le explica a un bebé de 6 meses que su madre está muerta. Pietro mi mano derecha me sugiere que lo lleve a dormir con esta mujer y tal vez así se calme un poco, no estoy muy convencido sin embargo accedo y para mi sorpresa Alexandre se acurruca junto a ella la abraza y después de un rato se queda dormido.

Lilibeth

Despierto en una habitación que no reconozco, me duele mucho la cabeza y el rayo de luz que entra por la enorme ventana me lastima demasiado y no logró enfocar bien, dirijo mi vista de un lado a otro y no puedo recordar cómo llegué hasta aquí, sólo recuerdo que salí corriendo, dejando atrás a todos esos hombres cuando alguien cubrió mi rostro con un paño húmedo y de ahí ya no recuerdo más.

Me levanto rápido y me dirijo a la puerta la cual está abierta, salgo, pero no encuentro a nadie esto me provoca miedo quien puede secuestrar a alguien para luego dejarlo deambular por ahí. Bajo las escaleras y veo frente a mí una puerta enorme de madera, salgo corriendo y me paro en seco cuando veo en el jardín como veinte hombres todos armados, pero como no me detienen trato de correr hacia la salida principal cuando escucho que gritan mi nombre en un acento raro, me giro rápidamente y veo al mismo hombre de ayer.

-Lili…beth -.

-Lo siento, pero debo irme, mis padres deben de estar muy preocupados -Miento esperando que no se dé cuenta de cómo me falla la voz -Espero que el bebé esté bien -No espero a que diga algo más y sigo mi camino corriendo, cuando consigo llegar a la reja suelto un suspiro de alivio, lo bueno es que nadie me sigue por lo que decido girar a la derecha y corro aún más rápido.

No he corrido ni 4 metros cuando frente a mi sale este hombre rodeado de todos sus hombres apuntándome con sus armas, volteó y veo que me han cerrado el otro lado igual con una cantidad infinita de hombres que me sería imposible escapar de ellos, sin darme cuenta lo tengo frente a mí y me carga sobre su hombro como si fuese un costal de papas y mis 55 kilos no fueran nada para él.

-Bájame maldito infeliz, ¿Quién te crees que eres? -Pataleo tan fuerte como puedo y golpeó su musculosa espalda con mis pequeños puños, volvemos a entrar a su propiedad y escucho como cierran esa reja que me separa de mi libertad.

-Eres un canalla como te atreves a secuestrarme, te exijo que me bajes -Y doy un golpe a la altura de sus riñones siento como se le escapa el aire y enseguida siento como me da un fuerte golpe en el trasero haciendo que me arda de dolor.

-Dice mi jefe que deje de golpearlo o cada golpe que usted le dé, él se lo regresará como hace un momento -Responde uno de sus hombres y creo suponer que se trata del mismo que hacía de intérprete el día anterior.

-A mí nadie me amenaza -Y vuelvo arremeter con mis golpes a lo que él enseguida me da otros dos golpes en mi trasero haciendo que se me salga una pequeña lágrima de dolor, pero sobre todo de coraje, cuando dejó de golpearlo entramos a la habitación que abandone hace un momento y me avienta sobre la cama, rápidamente me alejo de él y me pego a la pared mientras que él me ignora y sale de la habitación no sin antes lanzarme una mirada gélida y cerrar la puerta con llave.

Me acercó y trato de abrir la puerta sin éxito comienzo a gritar pero nadie me abre, las lágrimas amenazan con volver a salir y duro tanto tiempo llorando que no me doy cuenta y caigo dormida por el cansancio; cuando despierto estoy sobre la cama y ya es bastante tarde pero lo que en verdad me despertó fueron unas manitas tocando mi cara y cuando veo al dueño de ese cuerpecito me doy cuenta que es el bebé de ayer él me sonríe y eso hace que mi corazón se alegré un poco al verlo mejor que ayer, mientras lo abrazó le doy unos besos en su carita lo cual lo hace reír aún más fuerte y pegarse más a mí.

CAPÍTULO 3. PREFIERO MORIR

Massimo

Veo como esta mujer toma a mi hijo y sé que Katherina no se equivocó en dejarlo al cuidado de ella, está tan contenta jugando con él que no ha reparado en mi presencia, carraspeo y veo como sus ojos por fin reparan en mí puedo notar su mirada llena de odio y me vuelve a ignorar concentrándose en Alexandre.

Tocan a la puerta y entra una de las sirvientas con una bandeja llena de comida, pedí que le trajeran de todo un poco ya que tiene bastantes horas sin comer y no quiero que enferme, deja la bandeja en la mesita y le ordenó que se retiré, cuando entra Pietro, le pido que haga de intérprete con esta mujer y que le pida que coma.

-Dice el señor Massimo que por favor coma algo, ya está lista su comida -.

-Pues dile a tu señor que no tengo hambre y no pienso comer nada, quiero salir de aquí no me puede mantener encerrada todo el tiempo -En cuanto me informan lo que acaba de decir me levanto de la silla en la que estaba, me acerco a ella y le arrebato a Alexandre, mando llamar a una de las mujeres del servicio para entregarle a mi hijo y nos quedamos solo Pietro, esta mujer y yo. La jalo del brazo no importa cómo, pero la obligaré a comer, la arrastro hasta la mesita donde reposa la bandeja con comida, pero para lo pequeña y débil que es consigue zafarse de mi agarre y tira la bandeja al piso.

-Te dije que no pienso comer nada en esta maldita casa, prefiero morir de hambre antes que seguir aquí –Me escupe en la cara y siento como mi ira va en aumento, nunca ninguna mujer se había atrevido a hacerle esto al gran Massimo.

-Como deseé, pero la que sufrirá hasta mañana que este el desayuno será usted –Le informa Pietro mientras tomo su cara con mi mano y aprieto tan fuerte que siento que en cualquier momento le romperé su mandíbula, después la levanto tan fácilmente y la aviento a su cama, doy media vuelta y la encierro, puedo escuchar como corre para tratar de detenerme, pero le es imposible y comienza a golpear la puerta, esta mujer me exaspera pero no puedo evitar sentir una corriente eléctrica recorrer mi cuerpo cada que tengo oportunidad de tocarla, nunca antes había sentido un deseo tan desenfrenado por alguna mujer como lo siento por ella.

Lilibeth

Al día siguiente me despierta una de las mujeres del servicio y me informa que la ducha esta lista al igual que mi muda de ropa algo que agradezco enormemente ya tenía varios días sin poderme duchar, cuando termino de arreglarme vuelve a regresar esta mujer para decirme que debo bajar a desayunar ya que ahí me espera Alexandre (así es como se llama el pequeño por fin pude averiguar su nombre) bajo y en el comedor efectivamente está el pequeño me acerco rápidamente a él y me regala una enorme sonrisa.

-Hermoso te extrañe mucho -Le doy muchos besitos y me siento junto a él, la mujer que lo está alimentando me pregunta si deseo desayunar algo, pero solo le pido un vaso con agua, después de terminar mi vaso con agua me sirven el desayuno y es cuando entra ese enfermo que me tiene encerrada, me levanto en cuanto él se sienta a la mesa no quiero estar en el mismo lugar que este ser despreciable.

-Quédese a desayunar son ordenes de mi jefe -Me informa su hombre, lo ignoro y estoy por salir del comedor cuando Alexandre comienza a llorar al ver que estoy por dejarlo solo, me regreso lo tomó en mis brazos y salimos de ahí dejando a su padre con cara de quererme matar.

Ya han pasado cuatro días desde que llegué aquí y fiel a mi palabra no he comido nada sé perfectamente que una persona puede sobrevivir más de 30 días sin comer espero que con esto me deje ir de una vez por todas, pero no soy tonta lo único que hago es beber agua y es lo que me mantiene, en todo este tiempo muchas veces ha tratado de obligarme a comer pero siempre termino saliéndome con la mía, hoy es un día soleado y he visto el jardín que es divino y tiene una piscina hermosa, pero muy profunda así que decido sacar a Alexandre a tomar un poco de sol según lo que su hombre llamado Pietro me ha dicho yo estoy aquí para cuidar de su hijo.

Estamos por salir al jardín cuando Massimo me detiene y pone su brazo para impedirme salir -Creo que ya que estoy cuidando de su hijo por lo menos podemos salir al jardín es sofocante estar todo el día dentro -Y sin esperar respuesta empujo su brazo y salgo al jardín, ahí también hay por lo menos cuatro hombres armados hasta los dientes. Dejo a Alexandre en un pequeño corral que una de las muchachas del servicio saco y me siento a su lado a disfrutar del sol.

-Señorita, ¿No le gustaría nadar un rato? -Me pregunta la mujer que lleva unas cuantas frutas para Alexandre.

-No, muchas gracias Anely no sé nadar -Le replico con una sonrisa, todas las mujeres de servicio que trabajan aquí son muy amables conmigo, se despide y se va a continuar con su trabajo.

Me levanto de donde estoy para tomar una fruta para Alexandre cuando siento que alguien me empuja y caigo a la piscina es tan profunda que ni parándome de puntitas puedo alcanzar la superficie y mientras más intento subir más me hundo, el cansancio se apodera de mí debido a la falta de alimento de los últimos días y sé que está es la libertad que estaba deseando por lo que dejó de luchar y me hundo en la inconsciencia.

Massimo

Estoy con Pietro en mi oficina discutiendo sobre algunos negocios y si ya encontró alguna pista sobre el asesinato de Katherina, mientras él mira por la ventana y me informa que Lilibeth sigue en el jardín tomando el sol con mi hijo, sigo molesto con esta mujer por sus continuos desplantes.

-Puedes marcharte Pietro y quiero que sigas con las investigaciones -Hago un ademán con mi mano para que me dejé solo ya cuando está cerca de la puerta escuchamos el llanto de Alexandre e inmediatamente nos asomamos por la ventana, pero no vemos nada raro hasta que Pietro menciona que no están los guardias apostados en sus lugares y que Lilibeth brilla por su ausencia, bajamos inmediatamente para ver que está sucediendo.

-Esa maldita mujer me las va a pagar en cuanto regresé, como se atreve a dejarte solo -Tomo a mi hijo en brazos, pero el sigue llorando – ¡Anely! Tráeme a esa mujer de inmediato -.

-Lo siento señor, pero la señorita nunca entró a la casa -Lo dice con cara de desconcierto -Ella se quedó todo el tiempo con Alexandre -.

-No se pudo haber esfumado como si nada y donde están los inútiles que deberían estar aquí cuidándola -Salen mis hombres y me informan que tuvieron problemas en otra parte de la propiedad por lo que tuvieron que alejarse un momento de sus puestos, pero cuando ellos se fueron ella estaba ahí.

Estoy cerca de la piscina cuando veo un trozo de manzana en el piso me acerco más y veo una silueta en el fondo de la piscina, les entregó a Alexandre y me aviento sintiendo un temor indescriptible, puedo ver que en el fondo se encuentra esta mujer la llevo hasta la superficie y rápidamente trato de darle reanimación, cuando siento que estoy por perderla comienza a toser y a sacar toda el agua que se había tragado. -Maldita seas tanto quieres morir, que hasta eres capaz de intentar ahogarte -Le digo mientras la cargo y me dirijo con ella a la camioneta que ya me está esperando para llevarla al hospital.

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