Lilibeth regresa a Italia después de recibir esa misteriosa llamada, donde se entera que su esposo sigue con vida al principio cree que este los abandono, sin embargo, le comentan que al parecer ha perdido la memoria y ahora se hace llamar Luciano de Angelis.
Dado que no tiene el poder suficiente para salvar a su esposo y vengarse de los Salvatore, realiza una alianza con Il grande Capo Giuseppe Lombardi quien acepta ayudarla a cambio de que le deje todos los negocios que pertenecían a su esposo.
Giuseppe lleva a Lilibeth al lugar donde Massimo fue emboscado, estos están buscando alguna pista sobre cómo fue que sucedió todo hasta que llegan a la casa de Adanary Esposito una ex socia de Massimo, en su casa de esta se encuentran con Pietro al que daban por muerto, este comienza a relatarles cómo fue que sucedió todo, así como fue que Massimo se dio cuenta que Maritza había planeado algo contra su familia en ese momento y fue gracias a la llamada que le hizo a Franco que Lilibeth y sus hijos lograron escapar con vida de la mansión.
Poco a poco comienzan a descubrir a todos aquellos que están detrás de lo que ocurrió hace años con el desvío de dinero, robo de mercancías, así como los asesinatos de varias personas, Giuseppe logra infiltrar a varias de sus personas en la mansión de los Salvatore y cuando el día de la boda entre Maritza y Luciano está por terminar aparece Lilibeth desenmascarando a esta de todos los asesinatos que cometió, así como confesarle a Luciano que en realidad su verdadero nombre es Massimo. Después de un tiempo ambos regresan a México donde viven una vida tranquila a lado de sus hijos, lejos de cualquier peligro.
- SEGUNDO ENCUENTRO
Despierto una vez más igual que tantas otras veces a causa del mismo sueño, esa mujer que no deja de aparecer en mis sueños es hermosa, delgada, de baja estatura, cabellera larga y castaña con unos hermosos ojos color almendra y tez blanca, es como si la conociera de antes y siento una añoranza hacia ella, aunque estoy seguro de que no la conozco de antes.
Aún recuerdo la primera vez que le comenté a mi novia sobre esta mujer así como la descripción de ella casi se vuelve loca y pidió que me revisara mi médico después de esto comenzó a darme algunas pastillas para dormir mejor y dejé de soñar con ella, no me gusta tomar ese medicamento debido a que me hace sentir como aturdido y algunas veces llegaba a olvidar ciertas cosas, sin que ellos se den cuenta les he engañado haciéndoles creer que aun las tomo aunque tiene semanas que no lo hago, por lo mismo he vuelto a tener el mismo sueño con esa mujer desconocida.
Me doy la vuelta y veo a mi lado a mi futura prometida Maritza Salvatore, me levanto de la cama sin hacer ruido y me dirijo a tomar una ducha para despejar mi mente de ese lindo sueño, cuando regreso para vestirme mi novia esta despierta y molesta conmigo por no despertarla para darnos una ducha juntos, la mayor parte del tiempo esta mujer me desquicia y no entiendo cómo es posible que en algún momento de mi vida me haya enamorado de ella.
– ¿Por qué no me despertaste amor? Podríamos habernos dado una ducha juntos como lo hacíamos hace tiempo -Pregunta haciendo pucheros, la ignoro y continúo vistiéndome.
-No me gusta despertarte eso ya lo sabes, además aun no me siento muy bien como para compartir la ducha contigo -Reprimo un suspiro de frustración.
-Siempre dices lo mismo, tal parece que no soy tu novia además ya tiene meses que dejaste las terapias de rehabilitación -Responde molesta.
-Ya basta Maritza no quiero empezar una discusión tan temprano, bajaré a desayunar -La corto ya que todos los días es lo mismo con ella, salgo de la habitación y la dejo sola.
Después de desayunar decido salir a dar una vuelta, estar en el mismo lugar que Maritza es sofocante, hasta hace apenas unas semanas me ha dejado salir de casa, pero siempre lo hago acompañado de guaruras según ella es para mí protección debido al atentado que sufrí hace un año.
Estoy en una cafetería llamada La Casa de D’Angelo disfrutando un buen café cuando en la cafetería de enfrente llamada Otto’s Caffè veo a la misma mujer de mis sueños y sé que es ella porque cuando se retira un momento los lentes oscuros reconozco esos bellos ojos y mi corazón se paraliza de saber que no es producto de mi imaginación esa mujer en verdad existe, si bien se ve un poco diferente a mis sueños sé que es ella, sin embargo, está entra a la cafetería y a pesar de esperar por más de una hora ella no vuelve a salir provocando mi frustración.
Me retiro del lugar con cierto pesar y me dirijo a la tienda donde he encargado mi traje dado que mañana por lo noche será la fiesta donde daremos a conocer nuestro compromiso Maritza y yo que, a decir verdad, yo aún no estoy convencido de querer casarme con ella, pero ha insistido tanto que tuve que aceptar, algo dentro de mí no acepta a esta mujer y no entiendo la razón de ello.
La noche del día siguiente llega tan rápido que desearía seguir postrado en esa cama y no rumbo a mi fiesta de compromiso, Maritza y yo acordamos que nuestros invitados podrían usar un antifaz esto debido al tipo de negocio en el cual están mi futuro suegro y novia, es para proteger su identidad, así como de algunos personajes de alto mando.
Bajo al lugar de la recepción y encuentro a mi novia enfundada en un vestido dorado el cual en la parte superior parece un tipo corsé casi transparente hecho de perdería con un escote profundo unido a una falda larga de chifón con una abertura a todo lo largo de su pierna izquierda con un bolso y zapatos a juego, siempre ha sido una mujer que le gusta ser provocativa con su ropa y hasta cierto punto exhibicionista, desvío mi mirada no sé porque me molesta tanto su sola presencia.
Me posó a lado de mi novia cuando a lo lejos veo una mujer la cual me roba la respiración lleva un vestido rojo con escote de hombros caídos y estilo sirena el cual se ajusta perfectamente a las curvas de su cuerpo, se pierde entre la multitud y no puedo evitar tratar de seguirla con la mirada, aunque sé que es imposible.
Recibo una llamada la cual me deja un poco desconcertada, se trata del señor Otto, hace ya más de un año que no lo veo y que ahora me llamé es demasiado extraño, sobre todo por el hecho de que no sé cómo consiguió mi teléfono.
-Buenas noches, señorita, espero que aún me recuerde lamento molestarla, pero hay algo que mi esposa y yo quisiéramos discutir con usted, ¿Sería posible verla la siguiente semana? Sabemos que no está en el país, pero es urgente que hablemos con usted -Suena algo preocupado por lo que espero que no sea nada de grave.
-Claro solo que tendría que hacer unos arreglos y estaré ahí en unos días -Respondo después de pensarlo por un momento.
-Gracias es importante que este aquí antes del sábado de la siguiente semana, disculpe la molestia, pero en verdad es muy importante y no podemos tratarlo por teléfono -.
-Ahí estaré, cuente conmigo -Cuelgo el teléfono y me quedo pensativa sobre esta llamada tan extraña.
Más tarde en el restaurante les comunico a Mia, Anely, Marion, Franco, así como a mis otros hombres de confianza que viajaré a Italia ya que el señor Otto desea hablar conmigo, ellos por su parte se oponen dado que puede ser peligroso después de lo que sucedió hace un año. Al final decido ir con Donato es uno de los pocos hombres que nunca fueron vistos conmigo, así como otros tantos de ellos, pero debo de ir con mi nueva identidad y disfrazada para que no se me reconozca.
Hoy por fin después de un año estoy nuevamente en el lugar donde fui la mujer más feliz pero también la más triste; entró a la cafetería del señor Otto y estos me llevan a la parte superior donde se encuentra su casa, platicamos de muchas cosas poniéndonos al corriente de lo que nos ha sucedido en este tiempo.
-Creo que no me pidió venir solo para hablar de cómo me ha ido o ¿Me equivoco? -Indago y noto como la pareja se lanza miradas como tratando de encontrar las palabras justas para decirme la verdadera razón de su llamada.
-Bien señora, le seremos honestos hace unas semanas nos pareció ver al señor Massimo, al principio pensamos que estábamos delirando, pero ya han sido varias la veces que lo hemos visto, luce muy diferente no es el mismo, se le nota como perdido por decirlo de alguna forma -Me siento morir cuando me dicen que han visto a Massimo ¿Cómo es posible que se haya olvidado de su familia?
– ¿Dónde lo vieron? Quiero ir -Me levanto de mi asiento con lágrimas en los ojos.
-Por favor, señora cálmese, hay otra cosa -Me extienden un sobre, lo tomo y leo lo que hay dentro, es una invitación a una fiesta de compromiso, pero sigo sin entender viene a nombre de Luciano de Angelis y Maritza Salvatore.
-No entiendo, ¿esto qué tiene que ver con Massimo? -Ellos me miran y luego bajan la cabeza.
-Luciano y Massimo son la misma persona -Y ahora entiendo todo, porque me hablaron con tanto misterio, pero aun así sigo sin entender cómo fue posible que Massimo fingiera su muerte.
-Esta invitación es para que usted vaya y averigüe qué está sucediendo, puede ir con alguno de los hombres con los que vino señora -Responde Gianna.
-Creo que no es necesario, todo está más que claro a Massimo su familia le importa un carajo -Suelto furiosa.
-No señora creo que hay algo más es muy extraño que él haya hecho eso, según lo que hemos averiguado Luciano estuvo en coma unos meses y después de eso en rehabilitación -Por un momento siento un rayo de esperanza de que mi esposo no me haya engañado todo este tiempo y que haya una explicación para todo lo que ha sucedido.
-Está bien iré -Quiero saber que sucedió y ¿Por qué Massimo no nos buscó todo este tiempo a sus hijos y a mí? Y con ese pensamiento trato de darme fuerzas.
Me explican la idea que han tenido de cómo hacer que nadie me reconozca y a decir verdad es un buen plan, sobre todo, ya que la fiesta será de antifaces para proteger la identidad de altas figuras, con esto mi acompañante y yo podremos infiltrarnos en esa fiesta.
NOTA: en la llamada le dice señorita para evitar que si están siendo grabados reconozcan fácilmente a Lilibeth, un dato importante Gianna era una de las mujeres que trabajaban en la mansión de Massimo.
¿Por qué Massimo cambio su nombre y no busco a su familia?
- IL GRANDE CAPO
Es el día de la fiesta de compromiso de mi esposo y decido asistir con ayuda de Gianna la esposa de Otto quien me transformo casi en otra persona, me consiguió una peluca rubia para la ocasión, unas lentillas verdes, así como el atuendo que llevaré.
Hemos decidido que de entre todos mis hombres llevaré a Donato, entramos a la mansión Salvatore sin ningún problema, nos movemos entre la gente y actuamos como si fuésemos una pareja, por mi parte es fácil, pero para Donato es incómodo tratar a su señora así (aunque a todos les he dicho que ya no soy más su señora y que ahora todos somos una familia, ellos se niegan hasta cierto punto a cambiar su forma de verme).
Después de un rato deambulando por el lugar anuncian que los novios se presentarán para dar inicio con la fiesta de compromiso, nos acercamos un poco para no ser reconocidos y mi corazón se detiene al observar al hombre que está junto con Maritza, es él no hay duda es mi Massimo y unas cuantas lágrimas escapan de mis ojos, Donato por su parte me da un abrazo para ocultar mi cara y que nadie se dé cuenta de lo que me sucede.
Y justo como dijeron Otto y su esposa, este Massimo se ve raro como si no fuese él, no parece la misma persona de antaño. Lo observo y me doy cuenta de que sus ojos no demuestran amor por la mujer que tiene en frente en cambio ella se deleita viéndolo, tocándolo y por último besándolo, no lo soporto más y estoy a punto de ir hacia ellos y desenmascararlos, pero Donato me detiene.
-No señora, no tenemos oportunidad de escapar aquí sólo estamos usted y yo, no puedo permitir que algo le suceda hay que pensar las cosas con calma y ver que haremos con esa mujer -Y señala con un gesto hacia Maritza, sus palabras me han tranquilizado, pero aun así estoy desesperada por ir con mi esposo y exigirle que me cuente que sucedió exactamente hace un año y porque nos abandonó a sus hijos y a mí.
Luciano
Después del anuncio de nuestro compromiso algunas personas se acercan a felicitarnos y por fin vuelvo a ver a la misteriosa mujer de hace un momento, está sale al jardín dejando a su acompañante, me disculpo con los invitados diciendo que necesito fumar un rato y salgo al jardín en busca de esa mujer.
Después de un rato la veo un poco escondida entre unos arbustos, ella escucha mis pasos y se gira al verme abre sus ojos por la sorpresa y después se voltea intentando huir de mí.
-Espere señorita -La alcanzó y la tomó por el brazo, puedo oler una fragancia con un toque de cerezas y siento como si mi mente tratará de traer recuerdos olvidados, pero me es imposible.
-Dígame ¿En qué le puedo ayudar? -Escucho esa melodiosa voz y siento como si una descarga eléctrica recorriera todo mi cuerpo, anhelando estar más cerca de ella.
-Lo siento ¿Nos conocemos? -Su mirada muestra un poco de tristeza cuando pregunto esto, pero sólo dura una fracción de segundo para después mostrarse indiferente, por lo que no estoy seguro si vi un rastro de tristeza o lo imaginé.
-No lo creo señor, ahora si me disculpa podría soltarme mi acompañante me debe estar buscando -La ignoro por completo y al contrario me acerco más a ella y lentamente quito su antifaz, aunque trata de impedírmelo, pero soy más rápido que ella y me doy cuenta de que la mujer detrás del antifaz es con la que he soñado todo este tiempo y es la misma que vi ayer por la mañana, solo que hoy trae lentillas verdes y su cabellera es rubia.
-La recuerdo ayer la vi, sólo que lucía muy diferente a como luce hoy -Le digo mientras miro su pequeña boca y me siento tentado en besarla cuando escucho que alguien se acerca.
-Lucrecia que bueno que te encuentro, es momento de retirarnos -Me doy la vuelta y veo que es su acompañante, ella aprovecha la oportunidad y se aleja rápidamente de mí para irse con ese hombre, no sé porque, pero me molesta la forma en que veo como este la rodea con su brazo para salir de este lugar, pero al menos ahora sé que se llama Lucrecia y quiero averiguar más sobre ella.
Después de que hacen el anuncio de su compromiso salgo al jardín para tomar un poco de aire y poder despejar mi cabeza, cuando estoy preguntándome que fue exactamente lo que sucedió escucho unos pasos, me giro y veo a Massimo, intento huir de él, pero me es imposible, me toma por el brazo frustrando mi huida, cuando pregunta si nos conocemos no puedo evitar sentir un dolor tan profundo, pero rápidamente lo oculto no quiero que se dé cuenta de quien soy hasta que sea seguro para ambos, por lo que niego conocerlo.
También me hace saber que me vio ayer mientras entraba a la cafetería de Otto, esto provoca que tiemble de miedo, si el me vio es posible que cualquiera se haya percatado de mi aparición, debo salir de aquí inmediatamente para no exponernos frente a todos, pero él no me dejará ir tan fácilmente y cuando estoy comenzando a desesperarme aparece Donato y me saca de aquí.
-Señora lo lamento, pero Maritza estaba buscando al señor Massimo no podía dejar que la viera junto con él -Me comenta en cuanto salimos de la mansión Salvatore -Podría haber sido peligroso para usted recuerde que en este momento no somos los suficientemente fuerte para enfrentarnos a ellos -Alterna su mirada al camino y a mí mientras nos dirigimos a la casa que hemos rentado.
-No te preocupes Donato, hiciste bien la verdad no quería hablar con él, pero fue él quien me retuvo ahí, creo que una parte de él me recuerda, aunque no estoy segura; me di cuenta de que ha perdido la memoria no actúa como solía hacerlo antes, ahora parece más dócil hasta cierto punto y el Massimo que yo conozco nunca ha sido así -Nuevas lágrimas afloran de mis ojos al recordar que me pregunto si nos conocíamos.
-Tranquila señora, sé a quién podemos pedir ayuda así tendremos más hombres, estuve averiguando algunas cosas y creo que es la mejor opción que tenemos -Aparca el auto y nos bajamos con nuestros otros hombres siguiéndonos, no querían compartir la misma casa conmigo dado que me respetan, pero me sentiré más tranquila estando todos juntos.
Dos días después
Donato me contó sobre Giuseppe Lombardi Il grande capo, es un hombre muy respetado y era el padre de Renzo Lombardi quien desgraciadamente murió hace más de un año, después de la muerte de su hijo se retiró de su puesto, pero aún conserva todos sus negocios algunos de los cuales se los ha dejado encargados a sus hombres más fieles, hoy por la noche iremos a su antro El bajo mundo, es un lugar donde muchos mafiosos se reúnen para hacer negocios y alguna que otra vez esto termina en problemas, aunque siempre que se puede tratan de evitarlo para no molestar a Giuseppe.
Estoy un poco nerviosa esperando que sus hombres me dejen poder hablar con él, a pesar de haber concretado una reunión no puedo evitar pensar que tal vez no quiera verme y todos mis planes se arruinen, si bien es cierto que lo conocí hace tiempo, no sé cómo reaccionará al verme frente a él.
-Adelante señora, el señor Lombardi la espera -Me informa uno de sus hombres, me permiten pasar con Donato y antes de poder ingresar nos revisan para ver si traemos alguna arma, como es de esperarse mi hombre trae unas cuantas armas las cuales se le decomisan y le serán devueltas en cuanto salgamos de aquí, yo por mi parte no tengo ninguna arma no sé disparar y no me serviría de nada cargar alguna, pero el tipo que me revisa quiere pasarse de listo tratando de revisarme en el corsé que llevo puesto a lo que respondo dándole un puñetazo, sus compañeros al ver que le he abierto parte del pómulo me dejan pasar.
-Están limpios -Grita otro de ellos y nos dejan pasar a través de unas puertas dobles al final del pasillo.
En cuanto entramos puedo ver una enorme oficina con una sala de estar, en esta se encuentra un hombre de alrededor de unos 65 años, canoso, de ojos verdes, barriga prominente, de estatura baja, pero mirada astuta, y es exactamente como lo recuerdo sólo que ahora parece más cansado, les indica a los hombres detrás de mí que se retiren, yo por mi parte me acercó hasta estar lo suficientemente cerca y le extiendo mi mano a modo de saludo, estrechamos nuestras manos y me indica que tome asiento.
¿Qué le pedirá Lilibeth a Giuseppe Lombardi?
3. VERDAD OCULTA
-Buenas noches, señora Carluccio ¿A qué debo el honor de su visita? -Me gusta que no se ande con rodeos por lo que puedo ser totalmente franca desde el principio.
-Buenas noches, señor Lombardi ahora me llamo Lucrecia Montemayor usted me entiende es por seguridad, para ser sincera quiero pedir su ayuda -En cuanto escucha esto suelta una sonora carcajada, yo por mi parte permanezco impasible a la espera de que diga algo.
– Muy inteligente por su parte, ¿Qué tipo de ayuda? Para serle sincero me parece extraño que acuda a mí después de lo que sucedió hace más de un año -Muda su expresión por una de profundo dolor.
-Quiero que me cuente si sabe algo sobre Luciano De Angelis o mejor dicho Massimo Carluccio -No parece nada sorprendido al mencionarle esto por lo que supongo que sabe algo.
-Señora ¿Qué beneficio obtengo al proporcionarle esta información? -Sabía que pediría algo, así que he venido preparada.
-Tengo información sobre el asesinato de su hijo Renzo Lombardi -Le extiendo un sobre donde hay pruebas de que su asesinato no fue un accidente de tráfico como se quiso hacer creer después de tratar de inculpar a Massimo, aunque eso era más que evidente debido a todos los impactos de bala que el carro tenía, se levanta de golpe y toma el sobre mientras lo mira, observo como va cambiando su expresión pasa de la sorpresa, tristeza y finalmente a furia.
– ¿Cómo consiguió esto? -Pasea de un lado a otro frente a mí.
-Tengo mis contactos, por cierto, esa no es la información completa por el momento no la tengo, pero solo es cuestión de unos días -Me levanto para retirarme, pero uno de sus hombres me lo impide.
-Espere por favor, le contaré lo que sé sobre su marido -Toma un trago a su bebida, se aclara la garganta y comienza su historia -Sé que después de ese accidente se dio a conocer que Massimo Carluccio había muerto todos estaban muy dolidos por su muerte, era un hombre despiadado sí, pero también ayudaba a todo aquel que se lo pedía. También se filtró la información de que usted junto con sus hijos murieron emboscados por culpa mía en su mansión, debido a que yo supuestamente no pude aceptar que Massimo y usted no tuviesen la culpa por la muerte de mi hijo, obviamente como sabrá no fui yo él que planeo ese atentado -Asiento en cuanto dice esto último -Pero como usted también desapareció todo indicaba que fue culpa mía -.
-Hasta hace unas cuantas semanas comenzó a aparecer un hombre idéntico a Carluccio, pero este se hace llamar Luciano De Angelis, siempre está acompañado ya sea por su prometida Maritza Salvatore o por sus hombres de confianza de esta. Se corrió el rumor de que había sobrevivido y sé que un hombre se acercó a saludarlo por su verdadero nombre como Massimo, pero este le dijo que se equivocaba de persona, días después ese hombre sufrió un infarto y murió, a todas las demás personas se les ha amenazado con que si le cuentan la verdad a su marido ellos y toda su familia serán ejecutados. Ahora me doy cuenta de que alguien se atrevió a comunicarse con usted para hacer lo correcto, eso es todo lo que sé -.
-Muchas gracias por la información, quiero proponerle un trato -.
– ¿Qué tipo de trato? -Pregunta sorprendido.
-Bueno mejor dicho una alianza, yo conseguiré toda la información sobre la muerte de su hijo créame tengo mis medios, a cambio necesito de todo su apoyo y sobre todo que me dé su palabra de que protegerá a toda mi familia y a mí -.
– ¿Y por qué confiaría usted tanto en mí como para pedir mi protección? Creo que aún recuerda nuestro altercado de hace tiempo -.
-Tenemos el mismo enemigo en común, y confió en usted porque sé que es una persona justa y respetable en este negocio, no por algo sigue siendo Il grande capo, y en cuanto su apoyo me refiero a que necesito de sus hombres para llevar a cabo mi plan. No sé preocupe puede pensarlo, no me iré de Italia hasta en unos días, solo otra cosa podría averiguar qué sucedió con Pietro, de él no hemos sabido nada -Me levanto, nos estrechamos las manos a modo de despedida y salgo con Donato.
Estoy en el antro El bajo mundo con un amigo cuando veo pasar a la mujer del otro día, hoy se ve sumamente hermosa con ese pantalón negro formal, un corsé dorado y un saco beige, parece toda una mujer de negocios nunca pensé en encontrarla aquí, estoy por pararme e ir detrás de ella, pero veo que lleva prisa y se dirige hacia donde está el dueño del lugar, no lo conozco pero sé que puede ser un hombre demasiado cruel según lo que Maritza me ha contado, a mi prometida no le gusta venir a este lugar debido a su dueño, yo por mi parte disfruto mi estadía aquí, todos los trabajadores son realmente muy atentos conmigo.
Después de cerca de una hora ella sale del lugar privado del dueño y para mi decepción se va rápidamente del antro sin siquiera poder acercarme a ella, espero poder volver a verla en los próximos días, pero sobre todo encontrarla a solas y no con el tipo que siempre la acompaña.
Regreso a mi casa y encuentro a Maritza, ya acostada esperándome y por la forma en que me mira sé que está molesta por algo.
– ¿Dónde estabas? Me tenías preocupada -Hace un mohín al decir esto.
-Estaba en el antro El bajo mundo -Veo como enfurece en cuanto escucha donde me encontraba.
-No me gusta que vayas a ese lugar ya te lo he dicho antes, solo haces que… -Antes de que pueda seguir sermoneándome la corto.
-Ya basta Maritza no eres mi dueña entiende yo puedo ir y hacer lo que guste, te parezca o no, y sabes que hoy dormiré en otra habitación me tienes harto con tus reclamos no entiendo como pude fijarme en ti -Exploto y digo lo que tiene mucho tiempo rondando por mi mente, como pude enamorarme de una mujer tan posesiva como ella y por la cual en este momento no siento absolutamente nada al contrario lo que más quisiera es tenerla lejos de mí.
-Luciano, como puedes ser tan cruel -Comienza a llorar, pero aun así la ignoro y salgo de la habitación azotando la puerta y dejándola sola.
Busco una habitación limpia, cierro con llave y me acuesto mirando hacia el techo y pensando en todo lo que ha sucedido en estos días, ¿Cómo es posible que me vaya a casar con Maritza? Siendo franco no la amo y no creo que con el tiempo llegué a sentir algo más por ella, es una mujer desquiciante al igual que su padre, ambos tienen algo que no me agrada del todo. Recuerdo cuando desperté del coma ella me miraba expectante y desde el primer momento aseguro ser mi novia de toda la vida, lamentablemente no puedo recordar nada de mi vida pasada lo cual me frustra de sobremanera.
Por otro lado, pienso en Lucrecia esa mujer que todos los días se aparece en mis sueños y que desde que la vi hace unos días no puedo sacarla de mi cabeza, siento una conexión especial con ella que no logró describir y la cual no siento con Maritza, por lo que he llegado a la conclusión de que ya no amo a mi prometida.
Al siguiente día despierto un poco alterado debido a los golpes que se escuchan en la puerta, y mientras intento levantarme me cuesta trabajo sacarme de la cabeza otro sueño que tuve con Lucrecia, este sueño fue totalmente diferente al de otras veces la veía sosteniendo en brazos a un niño pequeño muy lindo de ojos azules y con una pancita de embarazada, en cuanto ella se percataba de mi presencia corría feliz a mis brazos o al menos yo creía que eran mis brazos los que la envolvían.
-Amor abre la puerta, disculpa por lo de anoche no volverá a suceder -Abro la puerta y ahí está mi prometida y toda esa felicidad que experimente con tan agradable sueño se esfuma en cuanto la veo.
-No sucede nada, me daré un baño y luego nos vemos en el desayuno -Le cierro la puerta antes de que me pida tomar una ducha juntos igual que otras tantas veces y me meto al baño listo para empezar mi día.
Me demoro todo lo que puedo en la ducha para ver el menor tiempo posible a Maritza con la esperanza de que cuando baje esta ya se haya marchado a trabajar, en verdad desde que desperté del coma disfruto cuando no la veo lo cual me hace sentir verdaderamente mal, ella desea estar conmigo y yo no hago más que despreciarla, pero por más que lo intento no puedo amarla como ella lo merece.
Cuando bajo a desayunar aún está en el comedor y aunque intente negarlo sé que sigue molesta por lo de ayer, pero evita volver a tocar el tema por lo que nuestro desayuno transcurre con total tranquilidad. ¿Será que en el fondo Massimo recuerda lo que hizo Maritza y por eso no quiere estar cerca de ella?